martes, 30 de septiembre de 2014

Mis 5 imprescindibles de Jeanne Moreau:

-       La reina Margot (1954).
-       Ascensor para el cadalso (1958).
-       La noche (1961).
-       Diario de una camarera (1964).
-       La novia vestía de negro (1968).


Los Tenenbaums, una familia de genios (Aka The Royal Tenenbaums)

4*

Los 3 hijos del matrimonio Tenembaum han disfrutado de varios éxitos juveniles pero, ya en la madurez, llevan una vida normal, bajo la sombra de la egoista y manipuladora personalidad del pater familias. Pero todo parece cambiar cuando Royal Tenenbaum (Gene Hackman), el patriarca, pretende volver al hogar para recuperar la relación con su mujer (Anjelica Huston) y con sus hijos (Ben Stiller, Owen Wilson y Gwyneth Paltrow), lo que dará pié a un juego de tiras y aflojas realmente sorprendente. Con seguridad, la obra maestra de Wes Anderson, junto con Fantastic Mr. Fox. Una película scottfitzgeraldiana, hermosa desde el punto de vista estético pero también desde el punto de vista moral, con ese miniaturismo visual y este tono ligero (tanto en la comedia como en el drama) que es el rasgo idiosincrásico de la filmografía del director, su seña de identidad, pero que consigue rellenar de un maternal sentido de la bondad, presente también en sus mejores logros. Y es que, al contrario que alguna de sus películas (como Life Acuatic o Moonrise Kingdom), varias de las historias que se entrecruzan en el film (otra de las carácterísticas del cine de Anderson) emocionan realmente porque el espectador se las cree (como la primera parte de Viaje a Darjeeling o Academia Rushmore), gracias también, qué duda cabe, a las entregadas interpretaciones de Hackman y Huston (quien, por cierto, rinde homenaje a la propia madre del director). A propósito, en este caso, las elaboradas coreografías de puesta en escena y montaje (a las que se refiere Matt Zoller en su Wes Anderson Collection), se sacrifican con precisión a los efectos dramáticos y edificantes del argumento, lo cual es un logro en toda regla.


lunes, 29 de septiembre de 2014

12 años de esclavitud

3*

¿Qué es la libertad? Muchas son las páginas que se han llenado intentando responder a esta pregunta pero ninguna huela a sangre ni a miedo. De hecho, se puede intentar definir por lo que es pero también por lo que no es. Y el principal enemigo de la libertad es la esclavitud (mucho más dañino que la muerte, sin duda). Una esclavitud que no sabe de razas ni de sexo, como ha explicado Edward P. Jones en The Known World. Por eso, una pregunta aparece en el horizonte: ¿qué significó la esclavitud para los millones de negros que la padecieron? ¿Y qué significa para los que la siguen soportando? El cine y la literatura han intentado retratar esta experiencia de crueldad, humillación y sufrimiento. Una experiencia que nos avergüenza y que merece reconocimiento y reparación. Por eso, no faltan relatos acusadores y crónicas informativas. En este caso, el relato (hilvanado con gracia por Steve McQueen) parece tener una intención catártica y reconciliadora aunque si alguien quiere denunciar la esclavitud, no puede esconder su cruel realidad, en todo su conjunto, como la que muesta el horrible mondo Adiós Tío Tom. Si alguien quiere denunciar la esclavitud, también debe centrarse, como se hace en I am Slave, en la explotación de las mujeres (doble o triplemente humilladas, como ha demostrado Stephen Jay Gould en su ensayo “La Venus Hotentote”, de La sonrisa del flamenco). O en La Noire de..., de Ousmane. En todo caso, si alguien quiere denunciar la crueldad que implica la esclavitud, que no crece sino gracias a miles o millones de pequeños hijos de puta que la permiten y se aprovechan de ella, debe denunciar el fenómeno tal y como se sigue haciendo en la actualidad. No hay que ir al pasado para eso. En cualquier caso, la película tiene la mezcla exacta de suspense, esperanza y emoción para entretener al público bienpensante, como algunas películas de Steven Spielberg.

sábado, 27 de septiembre de 2014

Miedo en la ciudad de los muertos vivientes

2.5*

En un pueblo llamado Dunwich, cuyos orígenes se remontan a Salem, un párroco se ahorca en una iglesia, hecho que abre de par en par las puertas del infierno y, con ello, el mal se apodera del lugar. Por eso, un nutrido grupete de flesh-eating zombies comienza a salir de sus tumbas, lo que extraña y asquea por igual a los habitantes del lugar. Por su parte, un periodista y una joven (Catriona MacColl), inmersos en una investigación policial, llegan hasta el pueblo con la intención de descubrir el misterio, cerrar las puertas malignas y salvar al pueblo y a la humanidad entera. Segunda parte de la pentalogía USAmericana de Lucio Fulci (junto con Nueva York bajo el terror de los zombies, El más allá, Aquella casa al lado del cementerio y El descuartizador de Nueva York) y de la trilogía de los morti viventi (con El más allá y Aquella casa al lado del cementerio), con más de lo mismo (de hecho, por ejemplo, el comienzo de esta y el de El más allá, son calcaditos), pero con un poco más de pericia, tanto desde el punto de vista del guión como desde el trabajo de planificación y dirección. Por otro lado, como escribe Kim Newman, se trata de un producto que se refiere temática y espiritualmente a la obra de Lovecraft, Clark Ashton Smith y Henry James y eso, por sí solo, ya es una virtud. En un momento determinado del desarrollo cinéfago de cualquier persona (pero, eso sí, con un gusto determinado por el terror), películas como esta pueden causar cierta impresión pero, pasado el tiempo y con un cierto bagaje cinéfilo a sus espaldas, productos así no hacen sino despertar la nostalgia del espectador o, en su defecto, una sonrisa indulgente. En todo caso, un producto gore a tope y con algunas escenas que, por derecho propio, forman parte del top trasher del director.

 

viernes, 26 de septiembre de 2014

Rescate al amanecer (Aka Rescue Dawn)

2.5*

Una película de supervivencia, sobre un piloto USAmericano que debe sobrevivir en la jungla de Laos después de que su avión haya sido derribado. Además, deberá sufrir las condiciones de vida en una prisión laosiana en medio de la espesura. Uno de los mayores presupuestos manejeados jamás por Werner Herzog se transforma en una aventura esterotipada, falta de profundidad psicológica, con un grupo de personajes recortados con tijera y una historia mil veces vista (desde El expreso de medianoche hasta El cazador). Además, la contextualización histórico-política es tan simple como complaciente, presentando muy pocos e indirectos guiños a la complejidad y la multicausalidad históricas. Sin embargo, la desnudez narrativa del director y algunas escenas muy bien planificadas, logran entretener a un espectador morboso y deseoso de vivir una experiencia catártica. Las interpretaciones se mueven, por cierto, entre convenciones y exageraciones aunque el tono general es correcto. Por otro lado, algunas escenas (especialmente las de las operaciones militares en avión) son de una tosquedad decepcionante.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Searching for Sugar Man

3*
Dedicada a Laura García Arroyo

En 1970, Sixto Rodriguez, un joven músico de origen mexicano afincado en la ciudad del motor, publicó un disco que sería considerado a la altura de las mejores obras de Bob Dylan. Incluso más combativo y crítico que las canciones más combativas y críticas del bardo judío. Un año después, en 1971, Rodriguez publicó su segundo disco, un fracaso de ventas que masculló el mismo fracaso vital que reflejaban las letras. Y ahí acaba su historia. Bueno no. Mientras que en EE.UU., Rodriguez fue un cero a la izquierda, en Suráfrica, su música arrastró un movimiento contracultural contra el Apartheid. Fue un auténtico aunque insuficiente éxito musical. Por eso no es de extrañar que este documental se base en la investigación que un disquero surafricano emprendió para localizar alguna pista de la vida y la obra del músico de Detroit. Organizado como una investigación, el documental alimenta la leyenda de un poeta de la calle que vivió con humildad un trabajo reconocido y aplaudido aunque nunca retribuido. En algunos momentos, el docuframa parece querer poner imágenes a la música de Rodriguez, como si hicieran falta crear videoclips para unas letras que tiran de la piel e iluminan el fracaso. En otros, el documental se regodea en lo sentimental y se muestra más cercano a los reality shows USAmericanos. En todo caso, un producto hermoso, técnicamente muy cuidado y que ofrece una imagen seria de un artista serio pero que no puede evitar convertirse en lo que representa: un efímero éxito comercial acerca de un compositor que buscaba más colores para sus sueños. Ironías de la vida, el director, Malik Bendjelloul, se suicidó dos años después de ser estrenado el film

lunes, 22 de septiembre de 2014

Corredor sin retorno (Aka Shock Corridor)

3.5*

Para conseguir descubrir quién ha matado a un interno, el entregado periodista Johnny Barrett se hace pasar por un obseso sexual para así ser ingresado en una institución mental, aun en contra de la voluntad de su cómplice pareja, una bailarina de streaptease. Una vez dentro, deberá continuar con la pantomima y, a la vez, interrogar a tres testigos del asesinato con la intención de sonsacarles el nombre del asesino. Samuel Fuller controla su particular e histriónico estilo, con una ironía maravillosa: una historia de locos que está rodada de una forma humilde, sencilla e, incluso, clásica, ya que cuenta con una puesta en escena de las más contenidas de toda la filmografía del director. Rodado en B&W, con una fotografía excelente de Stanley Cortez, sin embargo algunas de las alucinaciones de los personajes están rodadas en color. Unos personajes que, por cierto, desvelan varias de las obsesiones y, por tanto, de las paranoias del pueblo USAmericano de la época, de esa “América sombría” de la que ha hablado Miguel Marías: la Guerra de Corea, la industria nuclear y el racismo. La película cuenta con unas interpretaciones gigantescas, especialmente la del protagonista, un casi desconocido Peter Breck. Como la cita de Eurípides del comienzo del film, Fuller parece gritar que la ambición destruye, sobre todo la ambición desmedida. Una de las mejores películas sobre la línea que separa la normalidad de la locura, como Alguien volo sobre el nido del cuco o La novena configuración.

 


El amuleto del diablo (Aka Baffled)

2.5*

Tom Kovacks (Leonard Nimoy), un exitoso piloto de coches, comienza a tener visiones premonitorias en plena carrera, lo que pone en peligro su vida, le extraña y, por ello, le mueve a contar su experiencia por televisión. Una entendida en temas ocultistas se pone en contacto con él y le convence para ir a investigar juntos el lugar y las personas que se aparecen en sus visiones. Así, acaban en una curiosa mansión inglesa de Dover, poblada de extraños y sospechosos personajes. Pronto descubren que nada es lo que parece y que sus vidas, acaso, se encuentran en peligro. Simpática producción televisiva de la década de los setenta, que supone un claro antecedente de la explosión de parejas detectivescas, tipo Remington Steele, Hunter el cazador o Luz de luna, que asolaron la ultraconservadora década de los ochenta (que, por cierto, todas tienen su origen en la pareja de detectives Nick y Nora Charles, del gran Dashiell Hammett). En este sentido, la película recuerda a productos como Muerte en la mansión del amor. Por otro lado, el film parece el episodio piloto de una teleserie de intriga que, al parecer, nunca tuvo continuación. Interesante intriga, animado desarrollo y sorpresas por doquier para una historia muy bien ambientada y con elementos sobrenaturales muy de agradecer. Para los amantes de los pasadizos secretos, en el telefilm aparece uno de lo más chulos de la historia del cine aunque la forma que tiene Kovacks de conocer su existencia es, también, una de las más torpes de la historia del cine. Sorprendente el papel de Leonard Nimoy y energética BSO. A propósito, la película cuenta con la presencia estelar de Vera Miles, nada menos.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Mis 5 directores semidesconocidos imprescindibles:

-       Chang Cheh.
-       Luigi Bazzoni.
-       Chris Marker.
-       Raúl Ruiz.
-       Andrzej Zulawski.









La cosa (Aka The Thing 2011)

2.5*

Esta nueva versión de La cosa de John Carpenter, más que una secuela o un remake, es una simple actualización, para lo bueno y para lo malo. Respeta el espíritu de la original (elementos claustrofóbicos, un grupo humano que debe permanecer unido para enfrentarse a una amenaza exterior, un ambientación vintage, espacio para el individualismo carpenteriano, etc.) pero, al cual, el tándem van Heijningen/Heisserer añade algunas novedades, la mayoría poco convincentes (la presencia de dos mujeres, escenas con más acción, se muestra muchas más veces la cosa, unos efectos especiales basados en animatronics pero con efectos digitales añadidos, etc.). En cuando al argumento, sigue bastante mecanicamente tanto la versión narrativa original como la adaptación visual de Carpenter (con las oportunas variaciones, por supuesto), aunque el suspense en torno a dónde se esconde la cosa no alcanza la tensión de la versión de 1980. Intenta sortear varias de las escenas míticas de la versión de Carpenter (como la escena de los perros o la de la amputación de manos), o bien obviándolas o bien resituándolas en la trama. Además, la principal novedad es dar el protagonismo a una pareja, a una especia de MacReady/Ripley. En su contra, rotundamente, hay que mencionar tanto las interpretaciones como la BSO, que no es ni tan hiriente ni tan apocalíptica como la de Ennio Morricone. También hay que destacar en su contra unos efectos de sonido omnipresentes y que saturan la banda de audio del metraje (en particular, cuando Dereck Jameson está frente al bloque de hielo o cuando se practica la autopsia). A su favor, el sugerente elemento de Sci-Fi interruptus que aparece en el tramo final del film.

domingo, 14 de septiembre de 2014

La casa roja (Aka The Red House)

3*

La joven Meg vive con sus padrastros en una granja de un pueblo perdido del Medio Oeste USAmericano. Su compañero de instituto, del que se siente atraida, comienza a trabajar para su padre adoptivo (Edward G. Robinson) y, poco a poco, comienzan a descubrir pequeñas señales sobre un oscuro secreto cuyo símbolo es una casa roja que se encuentra en un bosque cercano a la granja. Con una excusa argumental que recuerda a la de El bosque de M. Night Shyamalan, Delmer Daves firma un secreto y casi deconocido clásico del cine de suspense, dirigido con elegancia y buen gusto e interpretado con el vigor tradicional de sus dos actores protagonistas (el mencionado más Judith Anderson). Además, tanto la fotografía como la música (de Miklós Rózsa) apuntalan convenientemente los elementos misteriosos y sugestivos de la trama, transformando a esta pequeña cinta, que parece hecha sin grandes pretensiones, en una entretenida historia de arcanos rurales, algo que hubiera hecho las delicias de autores como Algernon Blackwood o Arthur Machen.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Las esposas de Stepford (Aka The Stepford Wives)

3*

La familia Eberhart abandona Nueva York y se instala en Stepford, Connecticut, para intentar llevar una vida más tranquila y ordinaria. Sin embargo, lo que se encuentran en el pueblo va más allá de lo ordinario porque tanto los hombres como sus mujeres se comportan de una forma un tanto extraña. El director de Plan siniestro y La caja de las sorpresas, Bryan Forbes, adapta una novela de Ira Levin, mezclando comedia costumbrista, cine de intriga y un ligero toque de horror con resultados aceptables pero con ciertas interferencias en la forma. La idea básica es una vuelta definitiva a un periodo anterior a la guerra de sexos, donde los hombres hagan cosas de hombres y las mujeres se ocupen de la casa y la familia: es decir, un mundo machista sin conflictos de género. Por eso, el espectador despierto notará alguna similitud con La invasión de los ladrones de cuerpos (aunque en versión Nueva Inglaterra), con Almas de metal y, más recientemente, con The Faculty. En definitiva, un canto en falsete a la familia tradicional, aun a pesar de su lado más espeluznante. El espectador desprejuiciado se reirá con una escena siliconada que resulta muy síntomatica del tipo de American Way of Life, conservador y superficial, que Levin pretendía diseccionar y criticar. En 1987, se realizó un telefilm que se llamó Los niños de Stepford, en el que se sustituía a los adultos por niños, más acorde con la clase de público que llenaba los cines a finales de la ultraconservadora década de los ochenta. Recientemente, para finalizar, se ha perpetrado un remake (Las mujeres perfectas).

viernes, 12 de septiembre de 2014

Mártires (Aka Martyrs)

2.5*

En esta perversa película de Pascal Laugier, una secta de ultracreyentes adinerados (con duras intenciones cenobitas) secuestran a niñas para torturarlas incesantemente hasta hacerles alcanzar un supuesto estado de ascetismo cristiano, parecido al que debieron conseguir muchos mártires antiguos en situaciones de sufrimiento extremo. El argumento recuerda un tanto a la inquietante Maniac Killer, del menospreciado Andrea Bianchi (recordemos que, en este film, una secta secuestraba a prostitutas para torturarlas hasta morir con la intención de purificar sus almas). Martyrs es una producción desasosegante y torva, repleta de situaciones extremas que consiguen ir in crescendo hasta el catatónico final y con un magnífico plantel de actores. No llega al nivel de crudeza de A Serbian film pero supera con creces el nivel conseguido por películas como La última casa a la izquierda o Alta tensión, por poner solo dos hitos del ultra gore moderno, aunque separados en el tiempo. Lo más duro de la película es el argumento, la idea de fondo, así como el último diálogo, que suponen una vuelta de tuerca afilada en relación al masoquismo, la trascendencia y la sexualidad contemporáneas, como ha subrayado Ruth MacPhee en su excelente Female Masochism in Film. En definitiva, una película para llevarse al infierno, como sugiere Vicente Muñoz.