sábado, 28 de febrero de 2015

Mis 5 imprescindibles de Leonard Nimoy:


-       El amuleto del diablo (1973).
-       La invasión de los ultracuerpos (1978).
-       Star Trek (1979).
-       Misión: salvar la tierra (1986).
-       The First Men in the Moon (1997).


Miedo azul (Aka Silver Bullet)

3*

Stephen King es uno de los autores de literatura de terror más exitosos de las últimas décadas. Además, es uno de los escritores del género que más han sido adaptados a la pantalla grande y a la chica. De hecho, como afirma Tony Magistrale, podríamos hablar de una auténtica obsesión hollywoodiense por King. En esta ocasión, el original es un texto publicado en 1983, eso que los anglosajones denominan una novelette, a medio camino entre el cuento largo y la novela corta. El encargado del guión fue el propio King y el responsable de plasmarlo en imágenes fue un director novel llamado Daniel Attias. El resultado es una película estimable, que sigue dos historias paralelas que terminan encontrándose: la de los ataques de un hombre lobo en un pequeño pueblo USAmericano y la del día a día de un chico en silla de ruedas que recibe la visita de un tío suyo en horas bajas (Gary Busey). El guión, como casi toda la obra del escritor de Bangor, destila suspense y horror a partes iguales (aunque se toma una gran licencia en cuanto a los ciclos lunares) pero, también, desarrolla una historia emocionante y un análisis de interés sociológico, al pasar la lupa por una comunidad humana. En todo caso, podría apuntarse la posibilidad de hacer una lectura conservadora del film: si el espectador se fija bien, se dará cuenta de que los asesinatos incluyen un borracho, una chica embarazada que se va a suicidar, un tipo infame que desprecia a las personas impedidas, un niño un poco gamberrete, etc. Es decir, todos son pecadores. Por cierto, en materia de efectos especiales y de maquillaje, la producción es bastante solvente para la época. No por casualidad, detrás de los efectos visuales estaba nada menos que el gran Carlo Rambaldi, famoso por ser el creador de E.T., el extraterrestre.

jueves, 26 de febrero de 2015

El discreto encanto de la burguesía

4*

Rafael Acosta (Fernando Rey) es el pintiparado embajador de la República de Miranda y forma parte de un grupo de amigos burgueses que, cada vez que se intentan reunir para celebrar alguna cosa, un acontecimiento imprevisible y bizarro se interpone en sus celebraciones. Con un argumento parecido al de El ángel exterminador y con esa mezcla de costumbrismo y surrealismo que es típica de buena parte del cine del director aragonés, Buñuel dirige la que, con probabilidad, sea una de sus películas más divertidas, una sátira despiadada acerca de los tortuosos valores ético-estéticos de la clase social líder a finales del siglo XX y comienzos del XXI, la burguesía. Una clase poderosa que hace negocios infames todos los días pero que tiene que elaborar y mantener una falsa moral con la que lavarse la cara todas las mañanas, tal y como expone Peter Gay en La experiencia burguesa. Una clase social que ha transformado la realidad en un sueño dentro de un sueño, en un sueño que, de hecho, bordea la pesadilla para millones de seres vivos (incluyendo millones de seres humanos) sobre la tierra. De hecho, el film forma parte de lo que Chad Trevitte ha denominado la trilogía burguesa, junto con El fantasma de la libertad y Ese oscuro objeto de deseo

miércoles, 25 de febrero de 2015

Margin Call

3*

Radiografía top down de una de las causas inmediatas de la crisis económica actual, la especulación y la avaricia, permitidas y alentadas por el capitalismo post-industrial. En este sentido, Margin Call supone un loable intento por poner caras y nombres a los responsables del desaguisado económico-financiero que está ahogando a las clases medias y a las clases bajas pero que sigue enriqueciendo a las clases más pudientes y poderosas de esta parte del mundo (de ahí, lógicamente, el comportamiento de Jeremy Irons al final del film). Uy, perdón, que teniendo en cuenta el cacareado “fin de la historia” y el dominio triunfal de ese neoliberalismo orquestado por los estados (y toda su contradictoria y prehistórica ideología), ya no hay clases. Bueno, pero siempre queda algo: los que ganan dinero y los que se lo ganan. Esta película da buena cuenta de ambos grupos de personas aunque nos avisa sobre ese sorprendente sometimiento de "los empleados" white collar, ese enorme grupo de asalariados intercambiables cuya principal característica es, según Siegfried Kracauer, su sempiterna inseguridad económica y personal. Somos como las remóras de los tiburones capitalistas del mundo.



martes, 24 de febrero de 2015

El cebo

3.5*

El comisario Mattei sigue la pista de un asesino de niñas que tiene absolutamente confundidas a las fuerzas del orden. Tras abandonar el cuerpo de policia, decide seguir con el caso y poner una trampa al asesino, a ver si cae en ella. Ladislao Vajda lleva al cine la primera versión cinematográfica (del mismo año, por cierto) del texto del escritor suizo Friedrich Dürrenmatt, autor de una fascinante obra policíaca y detectivesca, uno de cuyos máximos exponentes podría ser Justicia, una novela que guarda muchas similitudes con otra famosa creación de John Dickson Carr. Al igual que la versión de Sean Penn, este film tiene un final acorde a la época pero, en todo caso, lo más conseguido de él, sin duda, es ese ambiente frío y malsano que rodea a los encuentros entre el criminal (un asombroso Gert Fröbe) y los niños, así como el propio desarrollo del suspense, sabiamente medido y administrado. El conjunto, no obstante, presenta también un análisis más sutil sobre la sociedad y sus miserias. Entre los intérpretes, por cierto, se puede encontrar a un siempre convincente Michel Simon. En definitiva, una joya de la filmografía española de la década de los cincuenta que, además, ha trascendido su estreno al nutrir, espiritualmente hablando, las raíces de todo un subgénero, el giallo.

lunes, 23 de febrero de 2015

Perseguido (Aka The Running Man)

2*

Enésima producción protagonizada por el Arnold Schwarzenegger de la ultraconservadora década de los ochenta y un auténtico bodrio cinematográfico, mezcla del Videodrome de Cronenberg, el I guerrieri dell'anno 2072 de Fulci, La víctima número diez de Petri y el Rollerbal de Jewison. Aunque todo tendría una versión mucho más interesante y digna en la magnífica Están vivos, de John Carpenter. María Conchita Alonso y Jesse Ventura repiten como acompañantes del super hero de turno, Ben Richards, esta vez un antidisturbios piadoso, falsamente acusado de una matanza que no ha cometido y que, de cara a una sociedad policial y controlada por la televisión, debe pagar sus delitos. Para ello, es obligado a participar en el mayor espectáculo televisivo del momento: The Running Man, un reality-show de supervivencia, repleto de violencia y sangre, que hace las delicias de las masas manipuladas. Adaptada de una historia escrita por Stephen King, y con varios guiños cinéfilos, este futurista y distópico film hace aguas por todos lados, aunque especialmente chapuceros son el diseño de personajes (¡ese Dinamo, por Dios!), varios diálogos, la pobre ambientación y ese final videoclipero a tope, con Restless Heart-No More Lonely Nights sonando de fondo, mientras dos personajes de cartón piedra se dan un beso más falso que la sonrisa de Terminator. Para salir huyendo, vamos. Sin embargo, habrá nostálgicos que, por haberla visto cuando se estrenó, la valorarán como una pequeña joya. Pero si se estrenara ahora, la decapitarían como lo que es: un producto sin cabeza. Como curiosidad, en la película aparecen el líder de los Fleetwood Mac y el hijo del legendario Frank Zappa.

Pequeño gran hombre (Aka Little Big Man)

3.5*

Western realmente atípico, rodado por Arthur Penn a mitad de su carrera y con una portentosa interpretación de Dustin Hoffman en el papel de Jack Crabb, único superviviente de Little Big Horn. La película comienza con los recuerdos del propio Crabb, a los 121 años de edad (por cierto, su maquillaje como anciano recuerda a uno posterior, en La matanza de Texas), lo cual ya induce al espectador a relajar su exigencia de verosimilitud y/o realismo respecto de todo el flash-back en que consiste la película. De hecho, el film entero es una fabula satírica, no exenta de nostalgia, sobre la conquista del Far West, por parte del hombre blanco y a costa de los distintos pueblos indios, con los que se colisiona de una forma desigual e inexorable. El argumento está estructurado sobre distintos sketchs (más o menos autosuficientes, aunque finalmente relacionados), en los que el protagonista va personificando distintos oficios (desde indio a trampero, pasando por pistolero o borracho), va conociendo distintos personajes y va visitando distintas batallas famosas. La moraleja de la historia es que el hombre blanco no es propiamente un “ser humano”, de lo cruel y destructivo que se comporta. Precisamente por esto, quizás, podemos explicar el casi olvido al que se ha sometido a esta producción, basada en una magnífica novela de Thomas Berger (publicada en castellano por la insigne editorial Valdemar). En definitiva, una película hermosa por dentro y por fuera, con uno de los mensajes más poderosos que se puedan ver en el cine contra la forma de vida (violenta, arbitraria, obsesiva) del hombre blanco, aun con todos sus premios Nobel de la Paz, todas sus ONGs y todas sus creaciones artísticas, científicas y filosóficas.

viernes, 20 de febrero de 2015

Asuntos sucios

2.5*

Al agente Ávila (Andy Garcia) le asignan su primera misión: investigar las posibles conexiones ilegales de Dennis (Richard Gere), un seductor y atractivo policia de calle. Sobre esta manida premisa, Figgis rueda un típico thriller USAmericano de asuntos internos, con un Richard Gere particularmente desubicado, aunque su personaje sea muy jugoso para este tipo de argumentos, por el juego atracción/repulsión que provoca (un policia corrupto y sin escrúpulos que tiene punch con todas las mujeres). Por su parte, Andy Garcia vuelve a repetir con su casi sempiterno papel de Italoamericano íntegro pero violento. Los dos, sim embargo, repiten miradas, gestos faciales, entonaciones y formas de andar frente a la cámara. En todo caso, Mike Figgis consigue rodar una película estimable (en una filmografía bastante irregular), aun a costa de su naturaleza convencional. Y lo logra afilando los salientes emotivos y sexuales de la historia pero también llevando a los personajes casi hasta el abismo (un poco en la línea de Miami Vice). Para finalizar, puede ser interesante analizar los distintos papeles que las mujeres juegan en la trama, así como sus variadas representaciones fílmicas. 

domingo, 15 de febrero de 2015

Mis 5 imprescindibles de Hazel Court:


-       Forbidden (1949).
-       Ghost Ship (1952).
-       La maldición de Frankenstein (1957).
-       The Shakedown (1960).
-       La máscara de la muerte roja (1964).

sábado, 14 de febrero de 2015

El detective (Aka Father Brown)

2.5*

Alec Guiness se calza la sotana del Padre Brown, el famoso detective creado por el gran G.K. Chesterton, en una de las más conocidas versiones de la obra del escritor inglés. La verdad es que el film es un tanto naïve y aburrido pero las interpretaciones de Guiness y de Peter Finch (en el papel de Flambeau) consiguen atrapar al espectador en una trama que sigue libremente “La cruz azul”, la primera de las historias sobre el perspicaz y bonachón detective católico, experto en delitos pero también en pecados, como diría Fernando Savater. Orquestando toda la producción, el mítico Robert Hamer, autor de una de las mejores comedias de la Ealing, Ocho sentencias de muerte, con la que comparte parte del elenco (el mencionado, más Joan Greenwood). Una de esas películas que pueden satisfacer los instintos arqueológicos de los espectadores más entregados. Simplemente.

viernes, 13 de febrero de 2015

Viernes 13 3 parte

2*

Al día siguiente de los asesinatos de Viernes 13 2ª parte, Jason Voorhees (que, naturalmente, ha sobrevivido) comienza a zascandilear por la zona en busca de nuevas víctimas para su peregrina y ya absurda venganza. Mientras que la policia se lleva los cadáveres humeantes del campamento cercano a Crystal Lake, unos jóvenes deciden pasar el fin de semana en Higgins Haven, una granja propiedad del padre de uno de ellos, localizada en la misma zona donde se han cometido los asesinatos. Al llegar al lugar, comienzan a producirse los típicos arrumacos macheteros del hijo de Betsy Palmer. Esta tercera parte, dirigida por el autor de la segunda, Steve Miner, aporta como novedad que está rodada en 3D y el hecho de que Jason incorpora la máscara de hockey a su atuendo. Por otro lado, el ambiente rural desarrolla algunos motivos white trash e, incluso, roza lo redneck, como en la segunda parte y luego en la quinta. En todo caso, el body count sigue su curso en una entrega que se caracteriza por un cierto ingenio en la narración y por un buen puñado de zurzidos temáticos (de La matanza de Texas a La noche de Halloween pasando por la misma Viernes 13). De hecho, el final de esta entrega es similar al de la primera parte. Por otro lado, es la primera película de la saga que ya exhuma el típico olor de la ultraconservadora década de los ochenta (en los peinados, la ropa, la moral, la música, etc). Finalmente, lo más destacable es la presencia entre las víctimas de un enamorado de los FX, la Fangoria y Tom Savini, lo que le da un cierto toque metaficcional al producto, aunque se hecha en falta unos crímenes más elaborados y algún toque más de sexo gratuito (si hablamos de slashers, claro está).

 

jueves, 12 de febrero de 2015

Rabia (aka Rabid)

3*

Una pareja de motociclistas sufre un accidente cerca de una clínica de cirugía estética, adonde son trasladados para curar sus heridas. Mientras él solo tiene una leve conmoción, ella (Marilyn Chambers) ha salido muy mal parada. Por ello, los médicos deciden operarla mediante una técnica experimental que provocará “un desastre funesto de carácter nefasto”. David Cronenberg sigue con el desarrollo de su particular vision sobre el horror contemporáneo, basado en la corporeización del género, una perspectiva que se ha denominado “venereal horror” o “la nueva carne” cronenbergiana. La película es un ejercicio dignísimo de suspense y de terror vírico (como su anterior Vinieron de dentro de), levemente inspirado en La noche de los muertos vivientes, y cuenta con unas interpretaciones justitas, unos correctos efectos especiales, mucha sangre, parásitos hambrientos y un final contundente aunque un tanto fuera de lugar (¿de verdad que el personaje en cuestión no se ha enterado de lo que está pasando?). Aconsejable especialmente para todos los nuevos fans del director canadiense, para todos aquellos que disfrutan de Un método peligroso o de Cosmópolis.