viernes, 6 de febrero de 2015

El árbol de la vida (Aka The Tree of Life)

3*

La quinta película del aclamado director Terrence Malick es un ensayo visual sobre el amor, entendido como la principal raiz del árbol de la vida. Para ello, el director elabora una opera alegórica en tres actos: un prólogo, un nudo y un desenlace (o, mejor dicho, un epílogo, ya que la trama no concluye). Tanto el último como el primero son lo más cósmicos y metafísicos. Y, además, muestran (sobre todo el primero) ciertos puntos de contacto con las reflexiones de Kubrick y de Clarke en 2001. El nudo, por su parte, desarrolla una historia, no narrativa sino cronológica, sobre el enamoramiento, el casamiento, la formación de una familia y el crecimiento de los hijos. Malick alterna entre el arquetipo femenino y el masculino, entre la protección y la disciplina, entre el amor y la autoridad. Y, para ello, sitúa a una familia (Pitt y Chasting) en la USAmerica de los conservadores años 50. Por otro lado, todo el metraje está salpicado de los recuerdos de Sean Penn, uno de los hijos, que intenta encontrar el sentido de su vida décadas después. En el fondo, parece decirnos Malick, somos como puentes entre el pasado y el futuro y es responsabilidad nuestra pasar ese puente solo con lo mejor que podamos conservar. Pero la simbología y las metáforas son tan simples (esos hombres errantes y perdidos en la playa) que el mensaje se hace muy evidente y, por tanto, su potencial emotivo y su capacidad para quedarse dentro del espectador se reduce muchísimo, aunque la belleza de las imágenes, la música, algunas reflexiones en off y el carisma de los actores le puedan embriagar. En todo caso, no es un film de personajes ni de actores sino de ideas. Y éstas son fácilmente reconocibles. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario