domingo, 31 de mayo de 2015

Mis 5 imprescindibles de Wes Craven:


-       Las colinas tiene ojos (1977).
-       Pesadilla en Elm Street (1984).
-       La serpiente y el arco iris (1988).
-       Scream (1996).
-       Vuelo nocturno 4 (2005).

Mad Max: furia en la carretera (Aka Mad Max: Fury Road)

3.5*

Fábula distópica que pretende ser una ruda alegoría acerca de una humanidad deforme y decadente, post holocausto nuclear, y que es, al mismo tiempo, una continuación, en toda regla, de la saga del policía herido, Max Rockatansky. De forma coherente en relación con los títulos anteriores, se muestra a un Mad Max torturado por sus sentimientos de culpa y por sus traumas personales. Congruentemente, además, el film está rodado (espectacularmente rodado, por cierto) por un septuagenario George Miller, quien consigue insuflar a una historia marcadamente visual y a un guión acertadamente equilibrado, un pulso y una vigorosidad como hacía tiempo que no se veía en la pantalla grande. Además, Miller da un paso más allá en la trama de la serie, colocando a Max en un segundo plano (detrás de una entregada Charlize Theron), embelleciendo todo el diseño de producción (al margen de esa estética retrocutre de las tres primeras partes), obviando al Interceptor (que tan buen papel ha jugado en la saga) y, sobre todo, haciendo que la humanidad se mate, no por la gasolina, como en otras entregas previas, sino por el agua, haciendo, así, una relectura de algunos subproductos videocluberos similares, frutos todos ellos del último ramalazo de la Guerra Fría, el ghost in the shell detrás de la ultraconservadora década de los ochenta. Por cierto, la película tiene elementos paródicos (como el personaje-guitarrista) pero ¿qué parte de la saga no los ha tenido?

Llamada a un reportero (Aka The Mean Season)

2.5*

Phillip Borsos, el director de El zorro gris, compone un sobrio thriller de psicópatas, que no destaca por ningúna especial novedad pero que sí contiene el gérmen de muchos éxitos posteriores. En este sentido, el film se mueve entre Zodiac, 7even (atención a esa lluvia cuasi perpetua), El silencio de los corderos y En la línea de fuego/Deuda de sangre. Como curiosidad, hay una secuencia que parece un homenaje a la escena de la ducha de Psicosis, diseñada por el gran Saul Bass. Correcta interpretación de Kurt Russell, un pequeño papel para un jóven Joe Pantoliano (pre-Goonies), efectivo score de Lalo Schifrin y un final un tanto abrupto completan algunas de las características más evidentes de la producción. En la misma línea que 8 millones de maneras de morir, por cierto.

El hotel del horror (Aka Horror Hotel Aka The City of the Dead)

2.5*
Tras unos títulos de crédito similares a algunos del ciclo Corman/Poe y una primera escena calcadita de La máscara del demonio (curiosamente, del mismo año), se esconde una pequeña joya del cine de terror de los sesenta. Un cuento gótico contado con parsimonia y suficiente precisión narrativa, que usa sabiamente la brujería y el culto a Lucifer en un ambiente muy bien conseguido aunque limitado: un pueblo de Nueva Inglaterra que parece sacado del mismo siglo XVII: niebla, cementerios, pasadizos secretos y un Christopher Lee que se mueve con soltura en su sempiterno papel mefistofélico. La película no asusta ni desasosiega pero está muy bien dirigida por un autor a reinvindicar, el anglo-argentino John Llewellyn Moxey, que rodó este film para la primera encarnación de la mítica Amicus, la Vulcan Productions, antes de convertirse en la principal estudio rival de la Hammer.

 

sábado, 30 de mayo de 2015

Luz que agoniza (Aka Gaslight)

4*
A finales del siglo XIX, en la Inglaterra victoriana, la hermosa Paula Alquist (Ingrid Bergman) contrae matrimonio con Gregory Anton (Charles Boyer), un conocido y respetado pianista. Entran a vivir a una casa aristocrática en la que comienzan a ocurrir sucesos extraños, lo que hace peligrar la salud mental de la principal inquilina. Magnífico thriller psicológico, repleto de suspense y con una atmósfera represiva muy bien conseguida, obra del director George Cukor que pone en imágenes una historia retorcida con la única ayuda de los decorados, la luz y una puesta en escena aguerrida y llena de aciertos escénicos. Además, cuenta con varias geniales interpretaciones, especialmente las de Charles Boyer, Ingrid Bergman, Joseph Cotten y Angela Landsbury. Por otro lado, el argumento recuerda, siquiera levemente, al de Nido de víboras, de Anatole Litvak, estrenada en 1948. E incluso a obras tan personales y satisfactorias como Secreto tras la puerta o Rebeca. Pero, en realidad, es un remake de una obra inglesa de 1940, dirigida por el desconocido Thorold Dickinson




Cabeza borradora (Aka Eraserhead)

2.5*

Primera película oficial del celebérrimo David Lynch donde ya se pueden vislumbrar algunas de las características de su cine posterior: un sentido personalísimo de la existencia y de su relación con lo onírico, casi lacaniana; una concepción perturbada de la narración (como en la realidad, en el cine de Lynch, las cosas no siempre encajan); y una cierta autocomplacencia estética; además de su obsesión por los personajes y las historias turbias así como por la deconstrucción de las instituciones tradicionales, como la familia o la paternidad. En un plano más específico, se dan de la mano una estética escabrosa y decadente, un gusto por lo retro y una representación de los interiores de inspiración hopperiana. Sin duda, una de las películas más surrealistas y crípticas de su director, aun inexperto tanto en el plano técnico como en el artístico, tanto en el narrativo como en el simbólico. Aunque ya totalmente capaz de sorprender y shockear al espectador.

La noche de Halloween (Aka Halloween)

4*
 
John Carpenter inauguró oficialmente el subgénero del psicho killer metafísico, es decir, esa clase de películas donde el asesino es más bien una idea que una persona. Y esa idea es el mal, la representación de la maldad. La idea de Carpenter se subraya por el hecho de que Michael Myers, el psicópata, no pronuncia ni una sola palabra en todo el film, resaltando así su naturaleza inhumana. Mucho es lo que se ha escrito sobre este clásico del slasher contemporáneo, auténtica carta de presentación del director de Carthage. Y poco más se puede añadir. Sin embargo, poco se sabe sobre sus antecedentes y descendientes. Entre los primeros, hay que nombrar Haunts (de Herb Freed), When a Stranger Calls (de Fred Walton), Navidades negras (de Bob Clark) y Are You in the House Alone? (de Walter Grauman). Incluso la historia pergeñada por Carpenter recuerda al argumento de Fright, de Peter Collison. O al capítulo "Bobby" de Dead of Night, del gran Dan Curtis. Eso por no mencionar el propio cortometraje que, en 1969, dirigió el propio director de Carthage, Captain Voyeur, un aclaro antecedente estilístico y temático de este film. En todo caso, hay que señalar que Are You in the House Alone? es también el precedente directo de la saga Scream. Entre los segundos, hay que citar No respondas al teléfono (de Robert Hammer), The Silent Scream (de Denny Harris) o He Knows You’re Alone, que es una auténtica mimicry de la obra maestra de Carpenter, a la vez que un antecedente directo de Scream II (la escena de inicio en el cine es un precedente directo de la del film de Craven). En definitiva, un film que, debido a la cantidad de elementos anteriores que consiguió reunir, y, sobre todo, debido a la cantidad de imitadores que ha desatado desde su estreno, puede ser considerada como un auténtico bedrock of order del terror contemporáneo.

viernes, 29 de mayo de 2015

Vengadores: La era de Ultrón

3*

Supervitaminada y mineralizada segunda entrega del superhero team de la Marvel, el todopoderoso contubernio que se hace llamar The Avengers, con una pequeña representación de alguno de sus más conspicuos integrantes (los que aparecen en la primera parte de la saga, es decir, superhéroes de reconocido tirón comercial, que Stan Lee no es tonto) y con la presencia, nada menos, que de Ultrón, el robot egocéntrico. Al contrario que la primera parte de la serie, sin embargo, el guión flojea más de la cuenta (negativo a Joss Whedon) y el espectador nostálgico corre el riesgo de aburrirse entre tantas batallas hiper cósmicas, entre tanto pressing catch cuasi mutante y entre tanto compañerismo pseudopatriotero y pseudo dramatizado. De hecho, el texto deja fuera varias complicaciones y complicidades del evento creado por el comic book original, obra de Brian Michael Bendis. En todo caso, un film poderosamente rodado y montado, con unos FX de últimísima generación, que articulan a la perfección varias contundentes escenas de acción (como la lucha entre Hulk e Iron Man, por ejemplo), y con la siempre estimulante presencia de Robert Downey Jr. (en su fantástico papel de Tony Stark/Iron Man) y de la actriz de la casa de al lado, Scarlett Johansson, cada uno para un público muy bien determinado. Ahh, por cierto, además se puede contemplar al insípido Capitán América y el mitológico Thor, el escandinavo de acero. Una película intrascendente, por tanto, que gustará a espectadores +/- 16 años, aunque estén acostumbrados a esta clase de historias y a esta clase de efectos especiales debido a su adicción cuasi diaria a los videojuegos.

sábado, 16 de mayo de 2015

Mis 5 imprescindibles de Federico Fellini:


-       Los inútiles (1953).
-       La dolce vita (1960).
-       Fellini 8½ (1963).
-       Satiricón (1968).
-       Amarcord (1973).

viernes, 15 de mayo de 2015

El viento y el león

3.5*

¡Joder, además de algunos portentosos guiones, el cabrón de Milius sabe hacer películas! Larga vida y feliz recuperación a John Milius.


Phantasma II El regreso

2.5*

En el estado de Oregon, los pueblos están siendo saquedados por El Hombre Alto y sus deformes secuaces. Ciudades, cementerios y tanatorios se están quedando desiertos por las actividades misteriosas de unos seres que parecen moverse en varias dimensiones, a través de unas extrañas puertas que parecen diapasones. Continuación en toda regla de la primera entrega de la saga, aunque 7 años después. Como curiosidad, el actor que interpreta el papel de Mike, en este caso, se cede a otra persona, por presiones de la Universal. Sin embargo, Reggie Bannister continúa haciendo historia con su atractivo aunque simplón personaje: un vendedor de helados que, sin comerlo ni beberlo, se ve inmerso en una trama de conspiraciones fantaterroríficas sobre muertos y otros mundos. Además, el argumento introduce conexiones mentales con otros personajes (en esta ocasión, con una hermosa heroína), escenas de sexo y otras novedades extrañas. A partir de esta película, todas las entregas seguirán la estructura de una road movie de terror paracientífico.

jueves, 14 de mayo de 2015

En algún lugar del tiempo (Aka Somewhere in Time)

3*

Film de aliento fantástico, que aprovecha los viajes en el tiempo para contar una historia de amor que, a la postre, trasciende la cuarta dimensión y que está basada en una novela del enormemente creativo Richard Matheson, Somewhere in Time. Comienza en clave de comedia pero va mudando al romance y, finalmente, al drama. La película cuenta con una puesta en escena distinguida, una cuidada ambientación y una dirección de Jeannot Szwarc que reluce por sus varios aciertos visuales y de planificación. La fotografía se mimetiza, en ocasiones, con la luz de los pintores impresionistas. La BSO, de John Barry, está muy endulzada pero ayuda a crear un clima de romanticismo atemporal que puede ser del gusto de muchas personas. Y, en último lugar, las interpretaciones (de Christopher Reeve, Jane Seymour, Chistopher Plummer y Teresa Wright) son más que correctas. Sin embargo, la materialización del viaje en el tiempo, si bien no deja de ser una propuesta ingeniosa, deja al espectador con dudas sobre su verosimilitud, a lo que no ayuda ciertos agujeros del guión. Casi no se sabría decir por qué pero esta historia recuerda a la comedia romántica de Alan Alda, El próximo año a la misma hora o, incluso, a esa maravillosa Sandcastles, de Ted Post. Por cierto, estamos ante una de las películas favoritas de la directora Miranda July.

La soga (Aka Rope)

4*

Dos amigos asesinan a un tercero y esconden su cadáver en el arcón sobre el cual van a disponer el catering para una fiesta. Conforme avanza la velada, los nervios y las sospechas irán haciendo acto de presencia. Basada en la novela del escritor marxista Patrick Hamilton (el autor de Luz que agoniza), se trata del primer film en color del orondo director y su base filosófica puede remontarse a la obra de Thomas de Quincey, El asesinato considerado como una de las bellas artes, aunque también mantiene conexiones con Impulso criminal, de Richard Fleischer, así como con cualquier crítica sobre supuestas teorías de superioridad intelectual. La puesta en escena consiste en una milimetrada planificación, que se materializa en 10 largos planos secuencia, unidos por dramáticos fundidos y rodados con varios elegantes movimientos de cámara, más o menos como la versión de 1939 de la BBC. Por otro lado, el film está rodada íntegramente en un único decorado, construido en los estudios de la Warner en Burbank, que simula el salón de un apartamento (y alguna otra dependencia), con un gran ventanal de fondo a través del cual se puede ver una vista del skyline neoyorkino, que va oscureciéndose según va cayendo la noche, lo cual produce una extraña sensación en el espectador, que siente que el tiempo va pasando. Soberbias interpretaciones, particularmente del criminólogo Rupert Cadell (James Stewart) así como del dúo intelectuo-criminal. Probablemente, la película más teatral del maestro inglés, junto con Crimen perfecto y Náufragos