domingo, 27 de noviembre de 2011

Mis 5 imprescindibles de Audrey Hepburn:




-       Sabrina (1954), de Billy Wilder.
-       Desayuno con diamantes (1961), de Blake Edwards.
-       Dos en la carretera (1967), de Stanley Donen.
-       Sola en la oscuridad (1967), de Stanley Donen.
-       Robin y Marian (1976), de Richard Lester.



sábado, 26 de noviembre de 2011

Mr. Brooks

3*


Hay directores de cine a quienes se les conoce por una única película. Quizás el caso más famoso sea Charles Laughton y su maravillosa La noche del cazador. Quizás el menos conocido sea Bruce A. Evans, el director de Mr. Brooks (del cual obviamos su insustancial primer trabajo). Kevin Costner interpreta a un auténtico pero aburguesado serial killer que tiene problemas de conciencia y que pretende curar su adiccion a despachar vidas asistiendo a sesiones de Alcohólicos Anónimos. Una idea que fascinó tanto a William Hurt que, al parecer, le decidió definitivamente a aceptar su rol de policía. Evans firma una sorprendente y estimulante pelicula sobre la vida de dicho asesino y consigue enganchar al espectador, sin ningún artificio cinematográfico, hasta un final realmente inesperado. Merece una mención aparte la actuación del gran William Hurt. Por cierto, también aparece una tal Demi Moore.

martes, 22 de noviembre de 2011

El curioso caso de Benjamin Button

3.5*


El curioso caso de Benjamin Button cuenta la historia de un ser extraordinario que nace con la apariencia física de un anciano y va cumpliendo años y viviendo su vida al revés: es decir, rejuveneciendo constantemente. Para ello, se presentan dos planos narrativos, tal y como hizo Clint Eastwood en Los puentes de Madison: el de la vida, aventuras y amores del protagonista y el de una mujer joven que narra un diario a su anciana madre, postrada en la cama de un hospital. Inspirándose en un relato de Francis Scott Fitzgerald -que, a su vez, se basa en un comentario de Mark Twain-, el siempre sorprendente David Fincher firma una película inmensamente triste sobre la fugacidad de las cosas y, especialmente, sobre la brevedad de la felicidad, a la que siempre hay que esperar tenaz y pacientemente y que, por eso mismo, es un sentimiento de plenitud pasajera que conviene disfrutar con la ingenuidad de la infancia. Además del dominio técnico de Fincher, hay que destacar el excelente diseño de producción, el maquillaje y los efectos visuales, que consiguen hacer medianamente creíbles las continuas transformaciones de los personajes. En un mundo como el nuestro es imposible que pueda existir alguien como Benjamin Button y no por el carácter fantástico de la propuesta sino porque sería acosado por la curiosidad anquilosante de la ciencia y nada de lo que -según Fitzgerald y Fincher- vivió, hubiera podido experimentarlo. De hecho, ¿por qué aparece varias veces un colibrí en esta melancólica historia? La respuesta es evidente: porque es el único pájaro que puede volar hacia atrás y, curiosamente, ha sido perseguido hasta casi su exterminio total simplemente para la confección de prendas femeninas.




lunes, 21 de noviembre de 2011

La tumba de las luciérnagas

3.5*





El Studio Ghibli siempre ha proporcionado películas de animación muy elaboradas y con un altísimo nivel de calidad, tanto en los aspectos técnico-artísticos como en los aspectos ético-narrativos. Sin ninguna duda, el maestro del estudio es Hayao Miyazaki (uno de sus fundadores) pero Isao Takahata (mentor y cofundador del mismo) no se queda nada atrás, especialmente si tenemos en cuenta esta película y la magnífica Recuerdos del ayer. En La tumba de las luciérnagas, Takahata mantiene los estándares del estudio al adaptar una novela autobiográfica de Akiyuki Nosaka sobre la lucha por la supervivencia de dos hermanos, de 14 y 5 años, tras el bombardeo y destrucción de su ciudad, Kobe, en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial. Mientras que en otro clásico animado sobre los desastres de la guerra, en Cuando el viento sopla, la lucha por la supervivencia se basaba en el mantenimiento absurdo de una rutina, en ésta, esa lucha, es el retrato solitario de una batalla perdida por el sustento y la felicidad, en un contexto de duelo familiar, desamparo personal y cruel indiferencia social. La historia comienza de una forma desgarradora, continua con una sucesión de momentos tristes y tiernos para, finalmente, desembocar en una conclusión que, aunque ya conocida, no deja de ser igualmente desoladora. Y es que la sombra de Heidi y de Marco es alargada.


9 canciones

2*


Michael Winterbotton -el director de la sorprendente Tristram Shandy: A Cock and Bull Story- se inspiró en una novela de Michel Houellebecq para rodar una historia sobre dos jóvenes que se enamoran, asisten a conciertos, mantienen relaciones sexuales, charlan de vez en cuando y, finalmente, se separan. Mucha música y mucho sexo para una película rodada en formato digital, que juega a parecer un documental y que aporta muy poco en ambos planos, salvo una buena dosis de sexo explícito. Algo inusual para una película que ha gozado de una distribución convencional. En México, directamente, se conoce como 9 orgasmos.




jueves, 17 de noviembre de 2011

El resplandor

4*

En las listas de las películas más terroríficas de la historia del cine, El Resplandor suele figurar al lado de El Exorcista, Poltergeist, La Matanza de Texas y otras cintas sobre terrores primigenios. Lo curioso del hecho es que, en dichas listas, no aparecen películas filmadas antes de los sesenta (la excepción suele ser Psicosis). La conclusión parece evidente: el terror es una emoción universal pero el objeto de ese miedo extremo va cambiando con la edad y con los tiempos. Stephen King era muy consciente de este hecho cuando escribió la excelente novela que Stanley Kubrick adaptó -con varios cambios- en esta gélida y desasosegante película y cuyo título se refiere a la capacidad de algunas personas o lugares para resplandecer. La historia no puede ser más sencilla: Jack Torrance (Jack Nicholson) es contratado para cuidar un hotel de montaña que estará cerrado en temporada baja. Su mujer y su hijo van a vivir con él, al Overlook de Colorado (un hotel que, realmente, está en Oregon). Pero, según va acercándose el invierno, comienzan a ocurrir sucesos realmente ominosos y amenazantes. La sensación de aislamiento, el recuerdo de los crímenes cometidos en el hotel y las propias visiones del protagonista, comienzan a producir cambios en su comportamiento, cambios que desencadenan una espiral de horror y sobresaltos hasta el clímax final (aunque, curiosamente, en la película solo se muestra un asesinato). Kubrick rodó esta historia con su habitual estilismo y perfección técnica (popularizando la steadycam en las escenas en las que, por ejemplo, el hijo de Torrance cicletea por el hotel), explotó la perturbadora sensación de hacer aparecer el miedo en contextos muy bien iluminados, añadió innovadores efectos sonoros a una BSO de Ligeti y Penderecki y, finalmente, consiguió extraer la vena más inquietante de Jack Nicholson, en un papel que terminaría siendo mítico. La película fue rodada en Inglaterra, en los Elstree Studios, durante más de 50 semanas y, como curiosidad, algunas famosas escenas recuerdan a La carreta fantasma, de Victor Sjöström.



miércoles, 16 de noviembre de 2011

Earthlings

3*


Joaquin Phoenix pone la voz en off a una película documental, dirigida por Shaun Monson, sobre la explotación animal en las sociedades contemporáneas, en los cinco ámbitos en los que el resto de los animales sirven a nuestros intereses, unas veces de manera más o menos justificada, otras veces arbitaria e innecesariamente. Sin embargo, la película muestra que dicha explotación se levanta sobre una crueldad que ejercemos de manera rutinaria, maquinal y casi inconscientemente sobre nuestros semejantes animales. Esos cinco ámbitos son: la industria alimentaria, la de pieles, la de las mascotas, la del entretenimiento y la de la experimentación científica o comercial. Una película realmente terrible y desagradable pero muy necesaria. El material básico está constituido por videos rodados en cada una de esas cinco industrias, durante seis años, que están convenientemente montados para conformar un todo dramático en el que la BSO de Moby cobra un valor añadido. Hay que ver esta película: nuestro futuro moral depende de ello porque todavía existen muchas personas que se niegan a reconocer su complicidad con alguno de estos ámbitos de explotación animal. Como decía Richard Rorty, uno de los más influyentes filósofos del siglo XX, el problema moral más acuciante de nuestro planeta es cómo reducir al mínimo la crueldad existente en el mundo. Para empezar, conociendo y denunciando su existencia. Para continuar, ofreciendo a los animales una vida digna y una muerte compasiva. Y para seguir, por ejemplo, adoptando el vegetarianismo. Argumentos parecidos son también los de Elizabeth Costello de Coetzee.


martes, 15 de noviembre de 2011

Borat

2.5*




El periodista más famoso, soez y reaccionario de la televisión de Kazajistán, Borat, visita los EE.UU. para grabar un documental sobre la cultura de tan aventajado país. Sacha Baron Cohen -con la dirección de Larry Charles- recupera un personaje que ya había aparecido en una de sus películas (en Alí G anda suelto) para perpetrar una despiadada e inteligente crítica de buena parte de la sociedad usamericana y denunciar algunas de sus convenciones y disparates (más allá del humor chabacano y zafio que constituye la capa superficial de la película). Borat demuestra que se puede ser estúpido, irracional e hiperprejuicioso y, aun así -o precisamente por eso-, dominar el mundo.


domingo, 13 de noviembre de 2011

Mis 5 imprescindibles de Robert de Niro:





-       El Padrino II (1973), de Francis Ford Coppola.
-       Taxi Driver (1976), de Martin Scorsese.
-       Toro salvaje (1980), de Martin Scorsese.
-       Érase una vez en América (1984), de Sergio Leone.
-       Heat (1995), de Michael Mann.


sábado, 12 de noviembre de 2011

Zombies party


 3*



Shaun es un joven inglés que deja transcurrir su vida entre un trabajo insulso, los ratos que pasa con su desastroso amigo en la taberna The Winchester y una monótona relación sentimental con una chica que, además, se aburre soberanamente con él. Y nada parece que vaya a cambiar en esta vida. Nada, hasta que su novia le planta y los zombies comienzan a campar a sus anchas por las calles de Londres. Sobre esta premisa, Edward Wright construye una comedia zombi con multitud de buenos momentos, creativos gags y sin mayores pretensiones, salvo rendir un agradecido homenaje al maestro del género, George A. Romero. Por su parte, el humor y las situaciones absurdas recuerdan a la minusvalorada Mi novia es un Zombie, de Michele Soavi, mientras que el tono socarrón general y el aliento romántico nos traen a la mente Zombieland, de Ruben Fleisher, aunque la comparación más evidente es con la reciente Attack the Block. El resultado final es una sorprendente, divertida y -en muchos momentos- realmente ingeniosa recreación de la invasión zombi como sustituto de una vida vulgar, rutinaria y frustrante. 

jueves, 10 de noviembre de 2011

Happiness

3*
Happiness retrata las vidas de una familia de clase media en un suburbio de New Jersey: de unos padres que están en pleno proceso de separación; de una hija que ha conseguido tenerlo todo y lleva una vida aparentemente perfecta; de una hermana que ha logrado éxito con una obra poética basada en sus propias fantasias; de la hermana pequeña y fracasada que, con 30 años, mantiene intactas sus aspiraciones musicales adolescentes; y, finalmente, de algunos de sus vecinos. Pero Happiness no se queda en la superficie de estas vidas: describe los secretos que hay detrás de ellas mostrándonos las obsesiones eróticas, las perversiones sexuales y las tremendas insatisfacciones que se encuentran en la base. Por su parte, el director (Tod Solondz) muestra todos estos ingredientes mediante un reparto coral y con un pulso narrativo y con una estética propios de la novela gráfica (con la ayuda del formato panavisión), así que no es de extrañar que la portada sea obra de Daniel Clowes (el autor de Ghost World). Y todo ello, con un velado sentido del humor y una vaga inspiración freudiana, algo que -por otro lado- hace pensar en el Ian McEwan de Primer amor, últimos ritos. La película contiene una de las escenas más punzantes de cuantas se pueden ver en el cine aunque el último plano consigue sacar una sonrisa forzada al espectador. Una buena forma de resumir la naturaleza de la película sería decir que es la versión explícita e implacable de lo que Sam Mendes rodaría un año después: American Beauty.





martes, 8 de noviembre de 2011

Casino Royale

3.5*


Magnífica recuperación del mítico personaje de Ian Fleming, que se atreve a hacer algo que las películas inmediatamente anteriores habían hecho erróneamente: romper varios tópicos. El primero de los cuales es hacer la película terriblemente creíble, en contra de la inverosimilitud tradicional de la serie. Y, para empezar, esta es la primera película desde Moonraker que se basa íntegramente en una novela del creador de James Bond, del mismo título, que fue publicada en 1953. En segundo lugar, Martin Campbell nos ofrece una historia sensata acerca de la primera misión de un agente secreto británico, con licencia para matar y al servicio de su Majestad. Y lo hace sobre la base de un guión correctamente elaborado (donde se nota la mano de Paul Haggis, entre otros), una tensa trama y un Daniel Craig enorme y muy convincente, tanto en las escenas de acción como en las sentimentales. El metraje puede parecer un poco excesivo pero la emoción está plenamente garantizada. De hecho, al final, el espectador corre el riesgo de compartir la desolación que siente el propio 007. Por otro lado, conviene recordar que no tiene nada que ver con la versión anterior, la ultraparódica Casino Royale, de 1967.



viernes, 4 de noviembre de 2011

La huella

4.5*

La última película que rodó el director Joseph L. Mankiewicz fue esta excelente historia basada en una obra de teatro de Anthony Shaffer con la que consiguió un premio Edgar Allan Poe. Con un plantel encabezado por los portentosos Laurence Olivier y Michael Caine, un argumento relativamente sencillo y una BSO magistral de John Addison, el espectador se deleitará con este ingenioso puzzle entre un aristócrata inglés, escritor de novelas policíacas (Sir Andrew Wyke), y un peluquero londinense de origen italiano (Milo Tindle), en la mansión del primero. Con el aliciente añadido de un suspense que consigue mantenerse siempre in crescendo, de una trama rocambolesca, de unos diálogos casi perfectos y, además, de un diseño de producción realmente apropiado para la historia (que contaba, por ejemplo, con muestras de la obra macabra de Edward Gorey). Sobre la base de una velada disputa por el amor de una mujer (desde distintas posiciones sociales) y sobre el telón de fondo de una reflexión sobre el juego (en la línea del Homo Ludens de Huizinga), la película se levanta, finalmente, como una certera disección de los intereses y coartadas implicados en los conflictos entre la clase ociosa y la clase laboriosa. Con la intención de disimular la admiración que despierta el film, hay que decir que la única pega es la relativa dependencia teatral de la puesta en escena, limitando así la riqueza cinematográfica del producto final. Pero esto no debe extrañarnos, conociendo el amor que Mankiewicz profesó al teatro y que se puede apreciar en otra de sus obras maestras, Eva al desnudo.





jueves, 3 de noviembre de 2011

Seis mujeres para el asesino

3.5*


En 1962, Mario Bava estrenó La muchacha que sabía demasiado, lo cual puso fecha a la inauguración de un subgénero que iba a hacer las delicias de los aficionados al thriller en todo el mundo: el giallo, versión italiana del posteriormente conocido como slasher, con unas gotas de suspense y de investigación policial, y cuyos máximos exponentes serían (además del propio Bava), Dario Argento, Lucio Fulci, Sergio Martino o los semi olvidados Francesco Barilli o Giuseppe Benatti, entre otros. Por su parte, Seis mujeres para el asesino ofrece una genial recreacion de la figura del psicópata a la caza de mujeres hermosas, en el marco incomparable de un estudio de alta costura, muy sesentero, situado en el corazón de Roma. El resultado es una maravilla de saturación y riqueza cromática (fotografiada por Ubaldo Terzano, que ya había trabajado con Bava en la clásica La máscara del demonio), sobre la base de una historia perversa, bizarra, barroca, que habría de influir considerablemente en el cine posterior. Como muestra un botón: Bloody Pit of Horror, de Massimo Pupillo. Sin embargo, conviene recordar el film previo de Arne Mattsson, con el que Bava/Terzano tienen una deuda de sangre: La maniquí rota.



miércoles, 2 de noviembre de 2011

Rebobine, por favor


3*


Michel Gondry, especializado en desmenuzar enfermedades de la sociedad postmoderna, perpetra una estupenda fábula moral sobre la amistad, la admiración y los sueños compartidos, contada sin ningun subrayado, con sentido del humor y con mucha, mucha inventiva visual, lo que transforma la película, finalmente, en un sorprendente pasquín en favor del cine y de su capacidad viral para emocionar. Gondry cuenta con la ayuda de un entregado Jack Black, de un convincente Mos Def y de un entrañable Danny Glover. La parte en la que los protagonistas ruedan sus versiones de saldo de las películas del videoclub donte trabajan (a las que llaman sus "suecadas", sweded films), es divertidisima, sobre todo si has visto las peliculas originales que intentan emular. Es hermoso que se desarrolle en un barrio humilde (concretamente en Passaic, New Jersey) y que se cuente con la colaboración de sus habitantes y vecinos. Sin llegar al nivel de ¡Olvídate de mí! ni de La ciencia del sueño, la historia igualmente conmueve y pone punto final a la (por ahora) primera trilogía del autor.


martes, 1 de noviembre de 2011

La novia cadáver

3.5*


No hace mucho tiempo que George Steiner señaló cinco constantes en la condición humana: el enfrentamiento entre los hombres y las mujeres, entre los viejos y los jóvenes, entre la sociedad y el individuo, entre los humanos y los dioses y, finalmente, entre los vivos y los muertos. En este conflicto entre los vivos y los muertos, la imaginación juega un papel importantísimo, además del amor. Por eso, una de las mejores formas de explorar este enfrentamiento pudiera muy bien ser el cine de Tim Burton y, en concreto, este divertimento animado sobre las tribulaciones de una novia cadáver que contrae matrimonio, por error, con un habitante del mundo de los vivos. Y no habría de tomarse como una casualidad que se haya elegido la técnica del stop motion como forma de traer a la vida a los unos y a los otros, homenajeando con ello, además, al gran Ray Harryhausen. Burton colabora con Mike Johnson en la dirección y ofrece una historia divertidísima y eterna (con ramalazos del Poe más necrófilo y obsesivo) sobre el amor más allá de la vida, con una esmerada ambientación victoriana y con una música de Danny Elfman apropiadísima para la ocasión. La segunda de las joyas invertidas de Burton, junto con Pesadilla antes de Navidad, dirigida por Henry Selick.