jueves, 10 de noviembre de 2011

Happiness

3*
Happiness retrata las vidas de una familia de clase media en un suburbio de New Jersey: de unos padres que están en pleno proceso de separación; de una hija que ha conseguido tenerlo todo y lleva una vida aparentemente perfecta; de una hermana que ha logrado éxito con una obra poética basada en sus propias fantasias; de la hermana pequeña y fracasada que, con 30 años, mantiene intactas sus aspiraciones musicales adolescentes; y, finalmente, de algunos de sus vecinos. Pero Happiness no se queda en la superficie de estas vidas: describe los secretos que hay detrás de ellas mostrándonos las obsesiones eróticas, las perversiones sexuales y las tremendas insatisfacciones que se encuentran en la base. Por su parte, el director (Tod Solondz) muestra todos estos ingredientes mediante un reparto coral y con un pulso narrativo y con una estética propios de la novela gráfica (con la ayuda del formato panavisión), así que no es de extrañar que la portada sea obra de Daniel Clowes (el autor de Ghost World). Y todo ello, con un velado sentido del humor y una vaga inspiración freudiana, algo que -por otro lado- hace pensar en el Ian McEwan de Primer amor, últimos ritos. La película contiene una de las escenas más punzantes de cuantas se pueden ver en el cine aunque el último plano consigue sacar una sonrisa forzada al espectador. Una buena forma de resumir la naturaleza de la película sería decir que es la versión explícita e implacable de lo que Sam Mendes rodaría un año después: American Beauty.





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