miércoles, 2 de noviembre de 2011

Rebobine, por favor


3*


Michel Gondry, especializado en desmenuzar enfermedades de la sociedad postmoderna, perpetra una estupenda fábula moral sobre la amistad, la admiración y los sueños compartidos, contada sin ningun subrayado, con sentido del humor y con mucha, mucha inventiva visual, lo que transforma la película, finalmente, en un sorprendente pasquín en favor del cine y de su capacidad viral para emocionar. Gondry cuenta con la ayuda de un entregado Jack Black, de un convincente Mos Def y de un entrañable Danny Glover. La parte en la que los protagonistas ruedan sus versiones de saldo de las películas del videoclub donte trabajan (a las que llaman sus "suecadas", sweded films), es divertidisima, sobre todo si has visto las peliculas originales que intentan emular. Es hermoso que se desarrolle en un barrio humilde (concretamente en Passaic, New Jersey) y que se cuente con la colaboración de sus habitantes y vecinos. Sin llegar al nivel de ¡Olvídate de mí! ni de La ciencia del sueño, la historia igualmente conmueve y pone punto final a la (por ahora) primera trilogía del autor.


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