martes, 9 de julio de 2013

La furia

2.5*

El agente Peter Sandza (Kirk Douglas) trabaja para una agencia secreta del Gobierno USAmericano. Un día, en un lugar indeterminado de lo que el Foreign Office llama Oriente Medio, unos individuos secuestran a su hijo porque, al parecer, tiene algún tipo de poder extrasensorial que puede ser utilizado como arma psicológica. De vuelta a Chicago, el padre, desesperado, comienza su búsqueda. Convencional thriller de intriga, sobre la telepatía y los poderes psicométricos, tan en boga en la época (Equus, Viaje al fondo de la mente, Alarma: catástrofe o Scanners), con algún elemento fantástico y en la línea, por tanto, de su predecesor éxito Carrie. Sobre tan extrañas habilidades mentales se ha levantado parte del edificio de la Marvel así como un constante goteo de films, como la reciente Chronicle, de Josh Trank. Con los típicos alardes técnicos del director, alguna que otra repetición (varios travellings semicirculares) y una ultraconsciente planificación, La furia no destaca especialmente, ni siquiera dentro de la muy sobrevalorada filmografía del director, salvo por la BSO de John Williams, inspirada en el estilo de Bernard Hermann, y por un conjunto de convicentes interpretaciones. Además, vista hoy, sorprende algún que otro momento paródico (dos policías jugando con sus walkies talkies) así como varias escenas de un humor involuntario (un doctor hablando del “mundo plasmático”). Por otro lado, fruto de la cinefilia constante del director, hay también un homenaje a los giallo de Argento

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