lunes, 22 de septiembre de 2014

Corredor sin retorno (Aka Shock Corridor)

3.5*

Para conseguir descubrir quién ha matado a un interno, el entregado periodista Johnny Barrett se hace pasar por un obseso sexual para así ser ingresado en una institución mental, aun en contra de la voluntad de su cómplice pareja, una bailarina de streaptease. Una vez dentro, deberá continuar con la pantomima y, a la vez, interrogar a tres testigos del asesinato con la intención de sonsacarles el nombre del asesino. Samuel Fuller controla su particular e histriónico estilo, con una ironía maravillosa: una historia de locos que está rodada de una forma humilde, sencilla e, incluso, clásica, ya que cuenta con una puesta en escena de las más contenidas de toda la filmografía del director. Rodado en B&W, con una fotografía excelente de Stanley Cortez, sin embargo algunas de las alucinaciones de los personajes están rodadas en color. Unos personajes que, por cierto, desvelan varias de las obsesiones y, por tanto, de las paranoias del pueblo USAmericano de la época, de esa “América sombría” de la que ha hablado Miguel Marías: la Guerra de Corea, la industria nuclear y el racismo. La película cuenta con unas interpretaciones gigantescas, especialmente la del protagonista, un casi desconocido Peter Breck. Como la cita de Eurípides del comienzo del film, Fuller parece gritar que la ambición destruye, sobre todo la ambición desmedida. Una de las mejores películas sobre la línea que separa la normalidad de la locura, como Alguien volo sobre el nido del cuco o La novena configuración.

 


4 comentarios:

  1. me acuerdo muy bien de la película. el argumento no es nuevo. esperaba algo más de emoción y tensión. la fotografía es maravillosa y hay momentos bien hechos como las dos últimas fotografías que has puesto. he pensado lo mucho que ha cambiado nuestra percepción del terror. lo que hace años horrorizaba al público ahora provoca risa y como mucho admiración cinematográfica. es de ver tanta violencia y terror, tanto reales como ficticios. quizás por eso no he pasado el miedo que esperaba pasar. La novena configuración me falta y deduzco que tengo que verla. una de las tareas que recuerdo con mucho cariño de hace tiempo fue comparar Alguien voló sobre el nido del cuco con el Nuevo Testamento. impresionante la película! película y libro fueron de culto en su momento. un abrazo y gracias!

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  2. Estimado Anónimo: muchas gracias por tu comentario! Zineface está completamente de acuerdo con todo lo que dices. El cinéfilo también se forma, eso está claro. Y la cinefilia también evoluciona a nivel colectivo. Por eso, aquel que ha visto más películas y de una forma más completa, está en mejores condiciones para juzgarlas. Lo del trabajo comparativo entre Alguien voló sobre el nido del cuco y el Nuevo Testamento es un caramelo que has abierto deltante de Zineface. A ver si hay forma de probarlo. Un abrazo de vuelta y muchas gracias, de nuevo, por tus líneas.

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  3. Interesante metáfora esto último. Estoy pensando en Catch 22 libro y película. El primero es brillante, la película - no. Uno de los grandes méritos del libro y algo que no sé como se puede conseguir en una película es el uso de las palabras. El autor utiliza las palabras en su segundo o tercer significado, pero inconscientemente el lector tiene en mente el principal. Así, lo que se percibe es una mezcla de varios significados, algo divertido y que deja mucha libertad a los dos: escritor y lector. Total, que el bombón se puede probar. Pero como pasa con las ideas, no le dejes mucho tiempo abierto y sin atender que o le expira la sesión o vuela delante de tus ojos. Un abrazo! Por cierto, el blog tiene página en fb? Gracias!

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  4. Estimado Anónimo: muchas gracias de nuevo por tu comentario. Excelente y estimulante como pocos. Gracias por las reflexiones sobre Catch 22 y el poder de las palabras, su capacidad de sugerir y de condicionar significados. Lo extraño del tema es que la película, un medio gráfico, se quede muy por detrás de la novela. Y, como sabes, una de las acepciones de "gráfico" es "dicho de un modo de hablar: que expone las cosas con la misma claridad que si estuvieran dibujadas". O filmadas, podríamos añadir nosotros. En fin, que los caramelos son para saborearlos, no para significarlos. Zineface te da las gracias de corazón (o de razón, que es más humano) y te manda, como no podría ser de otro modo, un abrazo cinematográfico, johnwayeneano a tope. PS: no, no tiene página de FB (aunque la tuvo en su momento).

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