viernes, 13 de marzo de 2015

La sombra de un recuerdo

2*
Dedicada a José Antonio Diego Bogajo

Rarezón necrófilo dentro de la filmografía española, rodado entre Madrid y San Lorenzo de El Escorial y con el protagonismo de uno de los padres de la muchachada en la mítica serie televisiva Verano Azul, Manuel Tejada, quien, por cierto, reniega completamente de la película. El argumento de esta producción “S” gira en torno a las correrías de un playboy, especialista en antigüedades, que se dedica a conquistar y a asesinar a toda mujer que se pone a tiro. Además, con ellas practica la necrofilia, a causa de algún que otro trauma sentimento-familiar. El estilo visual y narrativo del director, un desconocido José Antonio Barrero, oscila entre el giallo de segunda y el fantaterror español de la época (Naschy, Martín, Ossorio). En todo caso, en la misma medida que la cinta de Pedro Olea sobre Benito Freire, el espectador no puede disfrutar de mucha emoción porque, desde el principio, ya se sabe quién es el asesino. El único misterio que le queda a la trama es vislumbrar si el detective de turno (en este caso, un joven Emilio Gutiérrez Caba) va a dar caza al criminal antes de que cometa su próximo homicidio. Poco se puede decir de la calidad técnica de la cinta porque las copias existentes del film hacen casi impracticable un juicio sosegado. En todo caso, estamos ante un ejemplo sanamente bizarro (y cuasi, cuasi maldito) de ese cine de explotación comercial, tan querido durante el boom industrial que vivió Europa durante la irredenta década de los setenta, sin rebozo alimentado por la moda de las coproducciones.


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