jueves, 6 de abril de 2017

Viernes 13 5 parte: un nuevo comienzo (Aka Friday the 13th: A New Beginning)

1.5*

En la anterior entrega, el pequeño Tommy Jarvis se hizo pasar por Jason Voorhees como estrategia psicológica defensiva para poder acabar con él de una forma despiadada. En este nuevo comienzo, un ya adulto Travis desarrolla una personalidad traumatizada, tiene alucinaciones y es ingresado en Pinehurst, un hospital para adolescentes con trastornos mentales. Por otro lado, parece que Jason está continuando su infinita venganza, curiosamente cerca del mismo hospital, aunque unas marcas rojas o azules en la máscara de hockey pueden dar una buena pista. Danny Steinmann, el director de Gemidos en la oscuridad y de Calles Salvajes, una auténtica actionpunk movie, tiene que hacerse con un material infumable para perpetrar este fake regreso del asesino psicópata de Crystal Lake, cuya característica más notoria es su cronología indeterminada (no se conoce cuánto tiempo ha pasado, en qué estación del año se desarrolla o qué día de la semana es). En todo caso, el equipo técnico-artístico intenta elevar el nivel de originalidad en el diseño de los crímenes, en la explicitación de la violencia y en el paseo de desnudos gratuitos aunque, por otro lado, también hay crímenes calcados a otros anteriores, lo que demuestra una ejecución rutinaria. En la última escena, la transformación que se intuía al final de la cuarta entrega, se llega a materializar, cerrando el círculo del transtornado personaje interpretado por Corey Feldman (quien, en esta entrega, solo aparece en un cameo porque estaba rodando Los Goonies). Como curiosidad, en una escena televisiva un par de personajes están contemplando Un lugar en el sol, de la misma productora que toda la saga, la Paramount, que venía ingresando su periódica remesa de dólares del box office con una saga aparentemente sin fin.

 

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