jueves, 10 de julio de 2014

Hellbound: Hellraiser II

2.5*
Tras el éxito conseguido con su propia adaptación cinematográfica de The Hellbound Heart, el escritor de terror Clive Barker cosecha otra adaptación fílmica, esta vez dirigida por Tony Randall, creador de efectos visuales y discípulo de Roger Corman. Si la primera entrega suponía una curiosa, humilde y serena entrega de terror cósmico-infernal, esta segunda parte se presenta casi como una Summa cenobita, llena de deseo, carne, placer y dolor (es decir, sadomasoquismo). Así, la película comienza con un resumen de la primera parte, al que sigue una trama pseudo detectivesca, en un hospital psiquiátrico, con todas las derivaciones oportunas y pertinentes, tanto del pasado como del presente. Finalmente, con una regeneración de la configuración del lamento, la conclusión se deja abierta, como es costumbre en todos los productos con intención franquiciadora. Por lo demás, Peter Atkins desarrolla un guión un tanto confuso, que se desarrolla con un ritmo asincopado y rugoso y donde hay espacio incluso para las redenciones infernales, nada menos que la del propio Pinhead, cuyo origen incluso se explica (aunque la escena completa fue eliminada del montaje final). En el aspecto visual, la producción recuerda un tanto a la tercera parte de Pesadilla en Elm Street, estrenada solo un año antes. Los FXs son relativamente dignos, en particular todos aquellos realizados con animatronics y stop motion (que evocan, por cierto, los de La Cosa) así como los sanguinolentos, escarificados y fosforescentes maquillajes, mientras que los efectos digitales son más bien propios de una época donde primaban los Spectrum y los Commodore. Una película curiosa que se disfrutaría bastante más si uno se pudiera teletransportar a las fantaseadas reposiciones de Noche de lobos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario