lunes, 14 de julio de 2014

Walker

3.5*
Años antes de que Allan Moore asombrara al mundo con From Hell y sus postmodernas reflexiones sobre la historia y la ficción, Alex Cox presentaba su irredenta y nada convencional sátira de la política expansionista USAmericana. Y lo hacía con la excusa de reconstruir visual y narrativamente un episodio del pasado reciente de su país. William Walker, un filibustero nacido en Nashville, puso su vida y sus inmortales al servicio de diversas campañas de anexión y dominio en beneficio de los EE.UU. De hecho, la película comienza con su abortada campaña militar en Sonora, territorio mexicano. Pero el film se centra en la narración de sus diversas campañas mercenarias en Nicaragua, bajo la mirada atenta de Cornelius Vanderbilt y las élites locales. Cox apoya su experimento historiográfico en un guión sarcástico e irónico del autor de Pat Garret y Billy el niño y El regreso, dos películas con las que Walker tiene varios puntos en común, y no solamente en el plano intelectual sino también en la puesta en escena, en la técnica cinematográfica y en la música. Robert Rosenstone escribió que Walker subvierte las convenciones del cine histórico tradicional y, al mismo tiempo, ofrece una representación más compleja y crítica que las trilladas manifestaciones fílmicas que sobre el pasado se estrenan continuamente. De hecho, no por casualidad, es una de las películas favoritas de uno de los más respetados expertos en el estudio de las relaciones entre la historia y el cine. Nada menos.


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