martes, 28 de abril de 2015

Ángeles sin brillo (Aka The Tarnished Angels)

4*

Magnífico drama primerizo del gran Douglas Sirk, construido alrededor de Pylon, una iconoclasta novela de William Faulkner. Tanto la una como el otro desbordan pasiones, sordidez y elementos trágicos, aunque la trama de la película de Sirk no sea tan arriesgada como la obra de Faulkner. Sin embargo, el propio escritor quedó satisfecho con esta magnífica adaptación. La historia se centra en la admiración que despierta la forma de vida y el heroísmo de un piloto de acrobacias (Robert Stack), que vive junto con su mujer (Dorothy Malone) y su hijo, en la conciencia torturada de un innominado periodista alcohólico que, no por casualidad, anda a la caza de la “historia de interés humano” definitiva y que, por otro lado, se siente inexorablemente atraído por estas extrañas personas que sobreviven al margen del sueño americano. Este papel es interpretado con admirable dignidad por un Rock Hudson que merece una definitiva reevaluación. Solo un año antes, el cirujano Sirk había rodado otra de sus obras maestras con el mismo terceto protagonista. Magnífica fotografía en B&W y en Cinemascope, a propósito. Y, por cierto, resultaría interesante rastrear las conexiones de este film con el dramático Los temerarios del aire, dirigida por otro de esos enormes directores USAmericanos eclipsados por los 4 o 5 grandes: John Frankenheimer.

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