sábado, 30 de julio de 2016

El hombre lobo (Aka The Wolf Man)

2.5*

El terror gótico está de moda, señoras y señores. Por ello, no es de extrañar que los productores cinematográficos decidan reactualizar alguno de los mitos clásicos del género. Ni tampoco es extraño que lo hagan mirando, a la vez, a las elaboraciones de la Universal y a las reelaboraciones de la Hammer. El director de Cariño, he encogido a los niños, Joe Johnston, un artesano poco reconocido en el negocio, atrapa las raíces oscuras y románticas de la leyenda de Harry Talbot en esta correcta adaptación dirigida a las nuevas generaciones de fans. En unos 100 minutos de metraje, se suceden algunos de los lugares comunes del género aunque todo ocurre de una forma muy rápida, desapegada, sin dramatismo ni épica. Por otro lado, los momentos más oscuros, subrayados por una apropiada ambientación estética, sorprenden por estar brutalmente iluminados. Los FX, precio a pagar a esta época TIC, están digitalizados a tope, cuando un buen y simple maquillaje hace maravillas. La transformación en hombre lobo, uno de las obligaciones de cualquier creación visual sobre este personaje, rinde pleitesía al aséptico croma pero el diseño final respeta la venerable tradición inaugurada por Lon Chaney jr. El otro punto a favor de la película descansa en la labor de los actores (Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Hugo Weaving, Emily Blunt, y los icónicos Max von Sydow y Geraldine Chaplin). Dos años después de este film, James Watkins insuflaría nueva vida a una de las mayores productoras británicas del género con La mujer de negro (que es, a su vez, un remake de un telefilm muy chulo anterior).

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