miércoles, 21 de agosto de 2013

Detour (Aka El desvío)

3.5*

Edgar G. Ulmer, uno de los artistas alemanes que tuvieron que huir del régimen nazi, recaló en Hollywood y dirigió un buen puñado de películas de serie B. Unos años antes, en 1932, había participado con Billy Wilder, los hermanos Siodmak y Fred Zinemman en un estupendo documental que les abrió la puerta de los estudios cinematográficos en Alemania: Hombres en domingo. Una de sus obras más conocidas de su etapa USAmericana es, quizás, esta película, que lleva el extraño y atractivo nombre de Detour. La historia trata sobre un pianista desencantado que, de viaje a Los Ángeles desde Nueva York, sufre una serie de catástrofes y giros del destino por intermediación de una misteriosa mujer que resulta ser una auténtica femme fatale. La trama tiene una primera parte tipo road movie y otra segunda rodada en el interior de un motel pero la supervivencia del film se debe a la deconstrucción del sueño americano que propone, como ha destacado Paul Cantor, algo que ya estaba en la novela original de Martin Goldsmith. Por otro lado, lo interesante de la historia es el pulso férreo con el que Ulmer urde la trama, presenta a los personajes y desarrolla la tensión, dejando poco tiempo (o ninguno) para el aburrimiento, para la duda o para la reflexión. Como el protagonista, que cuenta en voz en off sus vicisitudes, el espectador sabe que tendrá que pensar sobre lo que está viendo cuando apareza el The End. En definitiva, una notable y curiosa producción, que está muy bien montada y que fue realizada al margen de la ostentosa política de estudios de la época. De hecho, como el mismo Ulmer ha declarado, la película parece que fue rodada en menos de una semana. Por cierto, hay un remake reciente, de 2013.



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