miércoles, 29 de octubre de 2014

Boyhood (Momentos de una vida)

4*

Richard Linklater vuelve a superarse con esta película rodada en unos 45 días durante 12 años, una estrategia innovadora que ha sido usada por primera vez en casi 120 años de historia del cine. La idea es que los actores evolucionen con la cronología del film, especialmente el actor protagonista, Ellar Coltrane, que pasa de los 6 años a los 18. De hecho, podría convertirse en el primer actor en representar un papel desde la infancia hasta la tercera edad. Y más allá. El efecto en el público no es tan potente como la idea podría sugerir pero, en todo caso, Linklater construye un retazo vital apabullante, donde las emociones y los reconocimientos van brotando en el espectador, primero poco a poco para luego aparecer a borbotones. Una película sobre la vida y el crecimiento, visualmente delicada y emocionalmente intensa, de un humanismo complejo y contagioso, que hará las delicias de todos aquellos que estén hartos de artificios baratos como La isla mínima (con la que conincide en la cartelera) y similares. Un film que, sin duda, se enriquecerá con el paso del tiempo, como Movida del 76, otra acertada radiografía de toda una generación USAmericana, con sus luces y sus sombras vitales. De hecho, Mason, el protagonista, recuerda al Pink de Jason London (y esta no es la única conexión entre ambos films). Por otro lado, entre el reparto podemos encontrar amigos y familiares del director, lo que termina de apuntalar el carácter cinéfilo y familiar de un experimento socio-cinematográfico que, a la postre, puede ser leído como una de las más contundentes defensas de lo que George Lakoff ha llamado la familia progresista, “de padres protectores” (como los padres de Greg Focker en Meet the Fockers), en contraposión a la familia del “padre estricto”. Una de las cosas más sorprendentes de la película es el dinero que ha costado: unos 4 millones de dólares, inversión que ya se ha recuperado con creces

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