domingo, 12 de octubre de 2014

Cuando las brujas arden (Aka Witchfinder General)

3.5*
En una Inglaterra salpicada de violencia y en el marco de la Revolución inglesa de Oliver Cronwell contra los ejércitos realistas, se desata la histeria contra las supersticiones y la brujería, tutelada con pulso firme por Matthew Hopkins (Vincent Price) y su esbirro, el torturador John Stearne (Robert Russell). Por otro lado, Richard Marshall (Ian Ogilvy), un soldado del Parlamento, solicita al pastor John Lowes casarse con su hija sin saber que, en cuanto abandone la ciudad, el propio pastor será víctima de arbitrarias acusaciones. Tal y como unos pocos años después se haría en Salem. Tal y como ha pasado siempre allí donde ha estado la iglesia. La película, por tanto, se centra en las prácticas contra la brujería del siglo XVII, que tan suculentamente estudió el erudito Montague Summers en su The History of Witchcraft and Demonology. Michael Reeves, tras rodar Los brujos, firmaría este, su último trabajo, ya que La caja oblonga la tendría que terminar Gordon Hessler porque, como escribe Kim Newman en su extraordinaria Nightmare Movies, Reeves se suicidó en 1969. La película tiene una violencia inusual para el cine británico de la época (tan puritano como siempre), mantiene constantemente la atención y se resuelve de una forma harto admirable, por su carácter desquiciado. Por cierto, Price está especialmente malvado, torvo, y su interpretación es de una sutileza admirable


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