martes, 4 de agosto de 2015

El héroe anda suelto (Aka Targets)

3.5*

Producción Corman para la Paramount, que recupera una historia que ya había plasmado cinematográficamente el Edward Dymytrik post HUAC, en El francotirador: la de un joven, aparentemente normal pero profundamente perturbado, que se dedica a matar gente en la calle, de forma arbitraria y con un fusil (algo así como el Scorpio de Harry el sucio). De hecho, ya Henry Miller había dejado escrito que cuando un USAmericano se vuelve loco sale a plena luz del día y se pone a matar a unos cuantos conciudadanos. Al contrario de lo que ocurre en Europa, donde la gente opta por el suicido, como apostilla el genio de Brooklyn. Ópera prima cuasi oficial de ese crítico y cinéfilo director llamado Peter Bogdanovich que, como en La última película, supone un sentido homenaje al propio cine y a los drive-in típicos de los cincuenta. Una lectura del film podría centrarse en la pérdida de la inocencia que supuso, de hecho, la década de los sesenta en los EE.UU., y en el surgimiento de los monstruos modernos, en contraposición a los monstruos clásicos, representados por el personaje del propio Karloff, Byron Orlock. En todo caso, la ambigüedad del producto, especialmente en relación con lo más que posibles desequilibrios mentales y con las motivaciones del asesino, le acerca, como decimos, a esa oscura obra que fue El francotirador. Como curiosidad, aparecen citadas visualmente dos películas: una de Howard Hawks y la otra, The Terror, del propio Roger Corman. Como complemento perfecto, se puede reunir el visionado de esta película con otra de masacres en autocines, Drive-In Massacre, de Stu Segall (1977). 

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