Dos partes. Dos películas. La
primera, la historia de un reencuentro de varios amigos, muchos años después,
que está bien rodada y bien montada. Creíble. La segunda, una trama de ciencia
ficción basada en una idea vista mil veces. El resultado, una especie de
versión española de la Melancolía del
von Trier pasada por el tamiz de El
incidente de Shyamalan y de los Diez
negritos de la dama británica del crimen. Pero bueno, ¿qué narra esta
segunda parte? Pues lo siguiente: un grupo de JASP’s, vestidos de H&M, han
de sobrevivir a sus propias estupideces en un Apocalipsis Endesa. La escena de
las cabras y la de los pastores alemanes son lamentables pero el grano más
pustuloso y molesto en este acné cinematográfico está compuesto por las pésimas
interpretaciones de casi todos los actores, especialmente de los que, además, son modelos (lo curioso es que en algunas
escenas están bien mientras que, en otras, no se creen ni ellos mismos lo que
dicen o hacen). Y luego tiene detalles como el siguiente: el personaje de
Maribel Verdú se llama “Maribel”. ¡Toma genialidad! Es una lástima que un nivel
de profesionalidad técnica como el que muestra este film se vea lastrado por un guión tan endeble y, sobre todo, por un
desarrollo tan alargado, groso y falto de auténtica emoción (como el de la
serie Perdidos, vamos). Una película muy superficial en el nivel del miedo y muy profunda en el nivel de la
decepción. El director, Jorge Torregrossa, hace honor a su apellido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario