martes, 15 de noviembre de 2016

El gran silencio (Aka Il grande silenzio)

3.5*

En Snow Hill, un pueblo helado de las montañas de Utah, la ley no está del lado de la gente corriente, ni de los trabajadores. Por eso, los bountykillers, un gunfighter, varios outlaws y los sheriffs campan a sus anchas. Sergio Corbucci abandona el embarrado y desértico ambiente específico del Euro Western para rodar un insólito y personalísimo film, ambientado en las montañas nevadas y con el protagonismo de un Jean-Louis Trintignant que, traumatizado física y emocionalmente por un hecho acaecido en el pasado, arrastra la muerte consigo. Y el silencio. Un silencio mudo que tiene un personal código de matar. El sanguinario guión está salpicado de elementos subversivos y despiadadas críticas al capitalismo, de diálogos repletos de sentencias lapidarias, de supervivencia nevada y de una característica historia de venganzas y ritmos de muerte, todo lo cual termina de redondear uno de los Westerns Mediterráneos más idiosincrásicos del género, fuente de inspiración de otras variadas producciones (como Los Odiosos 8), y de un aliento anti heróico realmente insólito. Como puntos en su contra, hay que mencionar el horrible doblaje que tiene la versión en castellano, algunos problemas de raccord (momentos en los que nieva en una parte del pueblo y no nieva dos calles más allá), fallos de montaje (sobre todo en escenas encadenadas de interior) y errores de casting (Frak Wolff no era, quizás, la persona más indicada para su papel). Morricone y Kinski, por su parte, marcan la pieza con su hierro candente y humeante, mientras que Vonetta McGee pone la nota de color, erotismo y belleza. 

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