jueves, 26 de enero de 2017

La otra alcoba

3*

Diana es una mujer hermosa que está casada con un intelectual tecnocrático que no la hace ni caso y que, además, es un poco cabizbajo en el tema sexual. Un día, cuando va a echar gasolina, se fija en un gasolinero, llamado Juan, que le hace dudar de la fidelidad de su matrimonio. Poco a poco, Diana y Juan comienzan un juego de la seducción en el que Eloy intenta retratar las clases sociales en la España de la primera transición. Y ello, como siempre, sin escamotear las pinceladas políticas, económicas, culturales y sociológicas, con la sabiduria habitual del director, tanto en los textos como en la puesta en escena. Los protagonistas son ese machoman sensible, sex symbol de la españa de los setenta y ochenta, que fue Patxi Andion y la eternamente bella Amparo Muñoz. A su alrededor, toda una flora y fauna de personalidades de la época (el marido cornudo, la novia que quiere ser una “maruja”, el jefe “toca-rodillas”, el amigo pudiente que te tira los tejos, los compañeros de trabajo juerguistas, etc.). hay algunas escenas que podrían haberse elaborado un poco más, algunos diálogos un tanto absurdos (como el de la ruptura) y algún actor a medio gas (como la novia de Juan) pero, en general, la película es un magnífico ejemplo de la clase de cine que era capaz de hacer su creador, basculando entre el drama y el cine quinqui, entre la comedia juvenil, el cine erótico y el melodrama. Al final, Eloy acaba soltando su típica bofetada a las élites patrias, al retratarlas como egoistas, aprovechadas, interesadas y faltas de empatía por los problemas de los demás. Es decir, Eloy rueda su particular versión de la obra maestra de Mankiewciz, La huella, como una denuncia del mundo que han dejado a los perdedores. Por cierto, del mismo palo, pueden visionarse Libertad provisional y Acto de posesión.

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