Uno de los grandes éxitos cinematográficos de los últimos
años y todo un fenómeno sociológico a nivel mundial, que desencadenó una auténtica
avalancha de imitaciones, siendo ella misma, a su vez, una suerte de imitación (especialmente
del anime Ghost in the Shell y del cult comic, Los invisibles). En un
futuro devastado, las máquinas tienen sometidos a los seres humanos para la
satisfacción de sus necesidades. Sin embargo, para ello, deben crear un mundo
virtual, Matrix, donde las mentes
de los humanos llevan una vida aparentemente normal pero imaginaria. A partir
de esta premisa, los hermanos Wachowski consiguen aunar en el molde de la science fiction materiales de las
filosofías ciberpunk, milenarista y
gnóstica, una tierna historia de amor y poderosas escenas de acción, junto con elementos
de la mística judía, distintas ideas postmodernas y elementos del marxismo, de
Kafka y de Lewis Carroll. A lo que hay que añadir artes marciales tradicionales, tecnología punta, un cierto regusto
vintage y una BSO compuesta de pegadizos
temas electrónicos. Pero,
por encima de todo, la película abunda en referencias, robos y recreaciones de/a
infinidad de fuentes cinematográficas. Es verdad que las interpretaciones no
son grandiosas (ni siquiera las de Fishburne o Pantoliano) pero eso no fue
óbice para que la cinta adquiriera la categoría de clásico reciente de la ciencia
ficción, elevando a topois de la
cultura popular tanto a personajes (Neo, Morfeo, el agente Smith), como a expresiones
(“Ya sé Kung Fu”), grandilocuencias varias (“Tu aspecto actual es lo que
llamamos una “auto-imagen residual”. Es la proyección mental de tu yo digital”)
e icónicas escenas (como la de Neo esquivando las balas o la de las pastillas roja y azul). El resultado fue tan
exitoso que se rodaron dos continuaciones, muy por debajo de la original (especialmente
la tercera), y diversos productos oportunistas, como una serie de animación y un videojuego. Como curiosidad, el estreno de Matrix coincidió en el tiempo con el experimento sobre juegos génicos de Cronenberg, eXistenZ.
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