martes, 14 de mayo de 2013

Bandido

3*

Años antes de Agáchate maldito y de Grupo salvaje (de los maestros Leone y Peckinpah respectivamente), Richard Fleischer rodó este interesante Western ambientado en la revolución mexicana, como Yo soy la revolución, de Damiano Damiani, su descendiente directo (como tantos otros). En 1916, los rebeldes andan escasos de armas en su lucha contra los regulares de Carranza, lo cual incita a aventureros de toda ralea a negociar con ellos. La película comienza con un travelling magnífico (digno antecedente del que Welles rodó, dos años más tarde, para la secuencia inicial de Sed de mal), que da pie a todo un conjunto de engaños y desengaños (en los dos sentidos de la palabra) entre el cínico cazador de fortuna Alacrán Wilson (Robert Mitchum), el líder insurrecto Escobar (Gilbert Roland), el contrabandista de turno (Zachary Scott) y su hermosa pero ninguneada mujer (Ursula Thiess). Por cierto, Mitchum volvería a interpretar un papel parecido en la desconocida Villa cabalga, de 1968, sobre un guión de Sam Peckinpah. Una partitura típica de Max Steiner (altisonante e intimista a partes iguales), una magnífica planificación y unos diálogos acerados completan la entretenida función. Por cierto, el espectador cinéfilo no puede dejar de sospechar que detrás de Serpiente Plissken se podría encontrar perfectamente este Alacrán Wilson.

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