En plena Guerra de Secesión, un espía yanqui (Fess Parker) y
una veintena de soldados de paisano, han de adentrarse en territorio
confederado para robar un tren y para llevarlo desde Atlanta hasta Chattanooga
y, a su paso, destruir todos los puentes e infraestructuras que se encuentren.
Pero las cosas no serán ni tan sencillas ni tan fáciles como habían previsto y,
de hecho, sufrirán una persecución por parte de un entregado maquinista,
William Fuller (Jeffrey Hunter). Y eso es, precisamente, lo que cuenta la
historia: esa persecución. Se trata de una producción Walt Disney, dirigida por
Francis D. Lyon, basada en los mismos hechos reales que inspiraron El maquinista de la general y sobre un
texto de Laurence E. Watkin (guionista de la casa). La verdad es que la
película es muy entretenida, está rodada magníficamente, el montaje es de una
precisión aplastante y los actores se hacen creíbles y queribles (los
mencionados más Harry Carey jr, Slim Pickens o Jeff York, por ejemplo). Además,
se consigue presentar a las dos partes con sus ideales y sus costumbres, con
sus canciones y sus tradiciones, con sus vicios y sus virtudes, sin
posicionarse por ninguna de las dos, lo cual hace mucho más estimable el
mensaje del film. Para pasar una
tarde estupenda con toda la familia, comiendo Southern Dixie Chicken.
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