lunes, 20 de agosto de 2012

La ley del revólver

2.5*
 
Lesley Selander tiene en su haber más de 130 películas, la mayoría de ellas Westerns de bajo presupuesto, rodados desde finales de la década de los treinta hasta mediados de los cincuenta del siglo XX. En este caso, el argumento es de una simplicidad aplastante. Una maestra llega a un pueblo de Nuevo México para encargarse de unos endiablados estudiantes. A la vez, un grupo de ganaderos, dirigidos por el sempiterno y apocado Hopalong Cassidy (un William Boyd a la sombra de John Wayne, Alan Ladd o Randolph Scott), debe perseguir a un grupo de cuatreros. Para cruzar ambos planos narrativos, surge la figura de un chaval (especie de Huckleberry Finn insufrible) y de la propia maestra. La trama está repleta de esa ingenuidad típica del bienpensante USAmericano medio de la época, que no quería destilar de su pasado salvo capacidad de sacrificio, bondad y compostura. La película cuenta con un buen puñado de números musicales un tanto pelmas y gratuitamente dilatados, alguna escena de acción más propia del cine mudo que del sonoro y unos personajes que asoman su cabeza por el más primigenio de los pasados, de lo acartonados que están, aunque el espectador pueda simpatizar con sus añejas visiones del mundo y con sus nobles intenciones. Para pasar una tarde de domingo postrado en el sillón. Eso sí, el fotógrafo era nada menos que Russell Harlan.

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