Desvergonzada y
vergonzosa producción de serie B, que
explota sin rubor ni cordura el cine de catástrofes, tan en boga en los
setenta, y el cine de plagas animales, en este caso de unas hormigas que han
sido filmadas a su tamaño real para, a continuación, insertarlas en el espacio
del fotograma, salvo las contadas ocasiones en las que salen unas patéticas y
acartonadas maquetas gigantes de las mismas, con la intención de simular
diversos ataques. Además, plagia descaradamente varios de los múltiples aciertos
(visuales, escenográficos y de guión) de la maravillosa Encuentros en la Cuarta Fase, de Saul Bass. Por otro lado, aun
siendo mucho más moderna que el clásico de Gordon Douglas, ni siquiera llega al
nivel paranoico de La humanidad en
peligro. Efectos especiales amateurs,
interpretaciones de teletienda y trama desmañada para la enésima entrega de
cine chapucero y dislocado.
Sorpresivamente, el director ya había
trabajado previamente este subgénero aunque, también, con poca fortuna.
Como curiosidad, una de las actrices es Joan Collins.
No hay comentarios:
Publicar un comentario