Primera película
dirigida por el actor Peter Fonda, de una humildad y una sencillez sólo
comparable a algunos de los mejores logros de Clint Eastwood como director. A
comienzos de los setenta y tras el éxito de Easy
Rider, Peter Fonda aprovecha para rodar una historia de bajo presupuesto,
producida por la Universal, rodada en Nuevo México y en las antípodas del film de Hopper. Así, el guión de Alan
Sharp (La noche se mueve o La venganza de Ulzana) se mueve entre la
tradición USAmericana (la vuelta al hogar, la defensa de la familia como núcleo
social básico) y la salvaguardia de la amistad, tan querida por un director
como Sam Pechinpah. Estilísticamente, The
Hired Hand se sitúa entre el western experimental de Monte Hellman, la mitificación renovada propuesta por
Leone y, una vez más, el intimismo clásico de Eastwood. Junto con la excelente
interpretación de Warren Oates y Verna Bloom, el personaje de Fonda prefigura
de alguna manera el de El oro de Ulises.
Además, la película cuenta con la fotografía de Vilmons Zsigmond (que justo un
año más tarde fotografiaría la supervivencia de un grupo de hombres en los
Apalaches: Deliverance) y una BSO hermosamente climática de Bruce Langhorne, famoso guitarrista de sesión, con un
emotivo corte principal elaborado al calor de una guitarra arpegiada y un
violín celta.
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