jueves, 28 de marzo de 2013

Amor entre ruinas

3.5*

Nostálgica y, a la vez, ácida representación de las frustraciones que arrastra una vida de amores no correspondidos así como del poso que deja en la vejez. George Cukor se pone detrás de la cámara para rodar un intenso tour de force entre unos avejentados Laurence Olivier y Katherine Hepburn, en el primero de los dos largometrajes para televisión rodados por el gran director neoyorkino en el final de su magnífica carrera. Toda la función se sostiene sobre las poderosas interpretaciones de ambos divos así como sobre un magnífico guión, obra de James Costigan, pletórico de penetración, ingenio y sabiduría y que casa a la perfección con las múltiples y acertadas referencias literarias que salpican los diálogos (de Shakespeare a Dryden pasando por Browning y Stevenson). La radiante fotografía de Douglas Slocombe, la generosa producción, la BSO de John Barry y la ligera puesta en escena terminan de redondear este drama romántico aunque con final feliz, diseñado para recobrar la confianza en el amor. Como dirían los cronistas de la vida social del medio, que copan los mass media en lugar de los críticos honestos, Amor entre ruinas es, nada menos, a bitterswett nostalgic comedy.


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