sábado, 9 de marzo de 2013

La semilla del tamarindo

2.5*

Entretenida historia de espionaje en el marco de la Guerra Fría, con el protagonismo de una circunspecta Julie Andrews y de un seductor Omar Sharif, en el papel de un agente ruso que decide pasarse al bando occidental por amor, por cinismo o por puro y simple desencanto (o por la suma de las tres razones). En la línea de Funeral en Berlín, Scorpio, El ejecutor o, incluso, de Cortina rasgada, resulta convencional en su desarrollo y en su conclusión, aunque sin embargo, la película mantiene cierto interés en la trama y el suspense, gracias a la contención rítmica de Blake Edwards, y contiene, además, algunos diálogos ciertamente estimulantes. Solvente plantel de secundarios (especialmente Anthony Quayle y Oscar Homolka) y discreta BSO de John Barry, especialista en música para películas de espías, incluidas las de James Bond. El film evoca en el espectador el recuerdo de La noche de los generales, de Anatole Litvak, también con Omar Sharif.



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