Don Gallico, un
destacado inventor de artilugios para espectáculos de magia, decide probar
suerte como mago. Ross Ormond, el propietario de la empresa de Efectos
Especiales donde trabaja (Illusion, Inc.),
le recuerda que todo lo que construya no es de su propiedad sino de la empresa.
A partir de ahí, el Gran Gallico provocará una espiral de terror en su intento
por vengarse de quien le tiene subyugado. En su camino, se cruzarán también un
mago aprovechado (el Gran Rinaldi), un detective empeñado en arraigar el uso de
las huellas dactilares en la investigación policial, una escritora de novelas
policíacas y la propia ayudante del mago. Una película dirigida por el autor de la sorprendente
Concierto Macabro y sobre el mundo de
la magia profesional, muchos años antes de El
Ilusionista, El truco final y El último gran mago (concretamente, de
1954). Cuenta con el protagonismo de un Vincent Price pre Corman, ya bien
especializado en personajes turbios y perturbados, con tintes de comedia y unos
efectivos FX. Sin embargo, la historia desaprovecha varias de sus sugestivas
premisas para transformase en un simple policial, con un final, además,
decepcionante. Tob Browning dirigió una película de temática similar, la
estupenda Milagros en venta.
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