miércoles, 23 de diciembre de 2015

Episodio II: el ataque de los clones

2*

2ª entrega de la 2ª trilogía del mega ultra blockbuster de La guerra de las galaxias. Ahí es nada! Si el primer episodio, La amenaza fantasma, fue una autentica decepción para la inmensa mayoría de los niños y adolescentes que se criaron con la saga original, esta entrega vuelve a defraudar a los espectadores más crecidos. Es verdad que hay una genuina apuesta por la ciencia ficción (esa omnívora presencia de razas, vestimentas, armas, naves, lenguas, mundos, planetas, etc.), pero la moralina moralizante es el principal protagonista de estos 3 primeros episodios de la saga, cronológicamente hablando, mientras que en los tres primeros, históricamente hablando, lo era la auténtica aventura así como el origen misterioso de Darth Vader (que es la espina dorsal argumentativa de estos 3 primeros episodios). George Lucas vuelve a confundir el cine con el  mundo de los videojuegos y vuelve a rodar un film con una extraordinaria saturación digital (repletita de millones de insustanciales detalles, potencialmente merchandaisizantes) y una historia plana pero, eso sí, repleta de “futilidades” para supuestos entendidos, para “jedis” que trabajan de 9 a 19:00. La verdad es que parece mentira que los caballeros Jedi estén metidos en estas absurdas historias. Pero, en fin. ¿Qué razones se pueden argüir en su contra? Pues que las escenas de acción no producen ninguna emoción; que los diálogos están plagados de omnipresentes y cansinos chascarrillos sobre la fuerza; que el desarrollo de los personajes es más previsible que el de los animales protagonistas de las fábulas de Esopo; que los tejemanejes imperiales hacen que huela a podrido en la Antigua República; que la música y que la puesta en escena contribuyen a una constante teatralización de la historia; que el misticismo original ha dejado paso a una cuasi religiosidad maniquea; que la trama tiene varios flecos que no satisfacen a las colonias de fans (la cuestión midicloriana, las relaciones interraciales); etc. En fin, si eres un espectador que disfrutaste con El imperio contraataca, chirriarás con esta entrega, solo para los mozos, púberes e imberbes seguidores. 

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