miércoles, 14 de diciembre de 2016

A toda marcha (Aka Tuff Turf)

2.5*

Summa barriobajera de buena parte de los tópicos de las películas high-school USAmericanas de los ochenta, A toda marcha se destaca del resto de films del género por mostrar una sociedad más violenta, cruel y desquiciada, donde también hay perdedores y outsiders, y apuntes sociológicos. Así, se puede ir de la acomodada Connecticut a un barrio marginal de L.A. en un mismo año. Por lo demás, divertida y entretenida pero con alguna que otra escena, con algún que otro diálogo realmente faltos de fuerza y claramente deficitarios. James Spader realiza un hipnótico trabajo y, hablando de rostros, hay que mencionar a una Kim Richards magnética y a un Matt Clark soberbio. Fritz Kiersch rueda una curiosa historia de superaciones y de amores adolescentes en un instituto reaganiano, regalando al espectador cierto costumbrismo fino, pero aplicado con brocha gorda, y cero heroicidad moral, pese al violento final. Como en el caso de muchas películas de temática similar, atención a la poderosa escena de los créditos finales: había que salir del cine con la bilirrubina por los aires.

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