domingo, 20 de marzo de 2016

Ejecutor (Aka Raw Deal)

2*

Hamlet exclamó que olía a podrido en Dinamarca. En esta película huele a republicanismo que se mata. Arnold Schwarzenegger se mete en una de esas historias policiales tan queridas por el cine ultraconservador de la década de los ochenta sobre un agente que debe infiltrarse en una organización criminal de Chicago para darles su merecido a los capos pero, también, para vengar la muerte de alguien. ¡Cómo se nota la mano ítaloamericana de los guionistas! Los diálogos son particularmente simplones; la interpretación de Arnold es tan acartonada (y engominada) como siempre; el contexto familiar y de pareja de la trama es tan absurdo que fuerza a la risa. Ni siquiera las escenas de acción son especialmente creíbles o tensas. De hecho, estamos ante uno de los trabajos más flojos de su protagonista, que acababa de realizar Conan, el bárbaro y Terminator y estaba en busca y captura para su papel de Depredador. Forma un tándem adecuado con otro semi éxito de la época, la clembuterada Comando. Sin embargo, conviene destacar la curiosa y aceptable galería de actores secundarios: un detective de lo oculto, un malo de Bond, la mujer de un caza recompensas, un traficante de droga colombiano, etc. Tras la cámara, el británico John Irvin, autor de Los perros de la guerra, Historia macabra y La colina de la hamburguesa, tres pequeños clásicos del cine VHS y Betamax de videoclub.

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