domingo, 27 de marzo de 2016

Road Games (Aka Carretera mortal)

3*

A finales de la irredenta década de los setenta y comienzos de la ultraconservadora década de los ochenta, el cine de las antípodas quería salir del anonimato para intentar conquistar el orbe. Una de las estrategias que se pusieron en práctica fue la de producir films anticonvencionales y de calidad (Mad Max, Consejo de guerra y Picnic en Hanging Rock serían tres buenos ejemplos). Otro de los trucos que usaron fue el del efecto llamada: atrajeron a actores USAmericanos para protagonizar películas de todo tipo. Road Games sería un ejemplo perfecto de esto último. El encargado de llevar la batuta fue Richard Franklin, que había rodado otra pequeña joya del fantaterror nacional y que, tras el éxito de este film, rodaría la segunda parte de Psicosis, pero ya en los EE.UU. Los actores inmigrantes fueron Stacy Keach y Jamie Lee Curtis, a quienes se añadió el gran Brian May, de Queen, en el score. ¿Pero qué es lo realmente atractivo de esa cinta, además de comprobar la influencia de George Miller en la forma de filmar de Franklin? Pues el guionista, Everett De Roche. Es un guionista de las fantípodas (Sergi y Jordi Sánchez dixit) que ha demostrado su imaginación, su inteligencia y sensibilidad escribiendo los guiones de varios pequeños clásicos del cine austral (Largo fin de semana, El secreto del lago, Fortress o Harlequin). Para esta ocasión, toma prestado el argumento del asesino de auto estopistas para elaborar una entretenida y tensa road movie sobre su persecución por parte de un culto e imaginativo camionero (Stacy Keach) que, con la ayuda de una joven huida, le siguen la pista por una interminable carretera del desierto. Perfecta para verla en pareja una noche fría de invierno. Y perfecta para ir captando los mil y un guiños cinematográficos que De Roche va desperdigando por la trama.

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