Una de las más entretenidas y rocambolescas adaptaciones de la obra de
Maurice Leblanc, en una aventura que retomaría más adelante el propio Miyazaki
para su soberbio y entretenidísimo El
castillo de Cagliostro. Enorme Robert Lamoureux como el ladrón de guante blanco sofisticado y enamoradizo, por cierto. Y enorme, tamabién, la concepción
del espacio y del color del gran Jacques Becker. Un divertimento que no dejará
indiferentes a los amantes de la literatura del gran escritor francés.
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