lunes, 31 de agosto de 2015

Mis 5 imprescindibles de Victoria Abril:


-       Barrios Altos (1987).
-       ¡Átame! (1990).
-       Amantes (1991).
-       Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (1995).
-       Cause toujours! (2004).

domingo, 30 de agosto de 2015

Fin

1.5*

Dos partes. Dos películas. La primera, la historia de un reencuentro de varios amigos, muchos años después, que está bien rodada y bien montada. Creíble. La segunda, una trama de ciencia ficción basada en una idea vista mil veces. El resultado, una especie de versión española de la Melancolía del von Trier pasada por el tamiz de El incidente de Shyamalan y de los Diez negritos de la dama británica del crimen. Pero bueno, ¿qué narra esta segunda parte? Pues lo siguiente: un grupo de JASP’s, vestidos de H&M, han de sobrevivir a sus propias estupideces en un Apocalipsis Endesa. La escena de las cabras y la de los pastores alemanes son lamentables pero el grano más pustuloso y molesto en este acné cinematográfico está compuesto por las pésimas interpretaciones de casi todos los actores, especialmente de los que, además, son modelos (lo curioso es que en algunas escenas están bien mientras que, en otras, no se creen ni ellos mismos lo que dicen o hacen). Y luego tiene detalles como el siguiente: el personaje de Maribel Verdú se llama “Maribel”. ¡Toma genialidad! Es una lástima que un nivel de profesionalidad técnica como el que muestra este film se vea lastrado por un guión tan endeble y, sobre todo, por un desarrollo tan alargado, groso y falto de auténtica emoción (como el de la serie Perdidos, vamos). Una película muy superficial en el nivel del miedo y muy profunda en el nivel de la decepción. El director, Jorge Torregrossa, hace honor a su apellido.


La leyenda del llanero solitario (Aka The Legend of the Lone Ranger)

2*

Versión cinematográfica del ídolo de las novelas de Fran Striker, la película cuenta con una aceptable ambientación y con un pasable argumento (en el que juegan un papel accidental Ulisses S. Grant, Buffalo Bill y Wild Hickok) pero lo que choca con el espíritu del personaje es la elección del protagonista, el ochenteno Klinton Spilsbury, famoso por participar en esta única película y, como la elección era tan segura, también es famoso por ser “doblado” por el hermano de Stacey Keach. En todo caso, y en general, se trata de una aceptable recreación de la leyenda del justiciero enmascarado de Texas, “The Lone Ranger”, el otro El Zorro (además de El Barto), que cuenta con la presencia de los siempre solventes Jason Robards, Richard Farnsworth y Matt Clark, y que muestra a un maléfico Christopher Lloyd en el papel de antagonista. Por su parte, Walt Disney Pictures ha intentado sacar de nuevo al personaje del ostracismo infantil en el que vive, con la reciente y decepcionante El llanero solitario, película en la que Johnny Depp hace del amigo indio del protagonista, un personaje que en la otra versión que comentamos es encarnado por Michael Horse: ¡Qué nombre más apropiado! Lo más apreciable del film es, sin duda, la dúctil dirección de William Fraker, la sobria fotografía de Kovács y la serpenteante partitura de Barry.

viernes, 21 de agosto de 2015

Buscando Mavericks (Aka Chasing Mavericks)

3*
El joven Jay (Jonny Weston) vive en Santa Cruz, California, junto a su madre (Elisabeth Shue). Su padre les ha abandonado y Jay se aferra a la presencia, física y espiritual, de una leyenda local del surf, Frosty (Gerard Butler). Un día, el joven surfero descubre que cerca de donde vive existen unas inmensas olas llamadas Mavericks. Con la ayuda de Frosty, Jay crecerá como persona, se fortalecerá como surfista y aprenderá a sobrevivir a las olas más salvajes, esperando el momento para poder “cabalgarlas”. Michael Apted y Curtis Hanson enceran un film emocionante, sobre el reto obsesivo al que aspira el protagonista y que se aleja de todos y cada uno de los tópicos en los que podía haber caído… Hasta el primer epílogo final, con boda y felicidad incluidas. Pero entonces el espectador descubre que la película es la biografía real de Jay Moriarty. Y el espectador boquiabierto comprueba que la realidad supera a la ficción. Y ahí, el corazón le da un vuelco. Y el espectador curtido se acuerda de Esbjörn Svensson y de Jeff Buckley… Lo que queda es una obra luminosa y salina, como un baño vivificante en la mar embravecida de Big Sur, Mar del Plata o Sopelana.



jueves, 20 de agosto de 2015

El supersheriff (Aka Chissà perché... capitano tutte a me)

2.5*

Debería estudiarse la razón por la cual el cine de Bud Spencer y Terence Hill gozó de tanta popularidad a finales de la ominosa década de los setenta y comienzos de la ultraconservadora década de los ochenta. Al menos 5 o 6 de sus películas fueron auténticos blockbusters. Igual es la misma razón por la que, inmediatamente, su cine fue sustituido por el del ex gobernador de California y antiguo Mr. Universo. O, un poquito después, por el cine de los Michael Dudikoff, los Jean-Claude Van Damme, los Steven Seagal o los Jason Statham. Lo que parece claro es que la filmografía de los dos actores italianos tiene casi los mismos ingredientes que la obra de Charles Bronson o Chuck Norris, por ejemplo. Pero, eso sí, es un cine dirigido específicamente al público infantil, más que a un público adulto. Como lo sería durante los años noventa el cine de Jackie Chan. La receta de la casa es que a una historia de acción light, al estilo Equipo A, siempre se le añade alguna moraleja moral o ética. En este sentido, estamos siempre ante una americana pero à la italiana. Michel Lupo agarra al secundario de Argento, el gran Bud, y lo deja caer, por segunda vez, en un pequeño pueblo de Arizona, convertido en un estoico sheriff. Con la ayuda de un crío extraterrestre y de las gentes torticeras del propio pueblo, consiguen neutralizar una especie de invasión militar robotizada, a base de galletazos con la palma abierta y de mamporrazos con el puño cerrado. El espectador actual sonríe con complacencia al presenciar los entrañables diálogos y las simpáticas coreografías pero se le iluminan los ojos al comprobar que, en el film, hay alguna escena tipo Matrix y, además, contiene el germen de Están vivos, por ejemplo. Como todas las películas de Bud Spencer, habrá que esperar al final para poder presenciar una pelea multitudinaria: auténtico jolgorio para ver en familia.

El hombre de una tierra salvaje (Aka Man in the Wilderness)

3.5*

Como los protagonistas de Fitzcarraldo, un grupo de tramperos carga con un barco por las montañas. En un descuido, el guía (Richard Harris) es atacado por un oso y es abandonado por sus compañeros, que le dan por muerto. Sin embargo, aun no ha sido llamado para cruzar el río de Aqueronte así que, cuando se recupera, decide perseguir a sus ex compañeros, conducidos por el melvilleiano Capitán Henry (John Huston, nada menos). Después de haberse convertido en “un hombre llamado caballo” y de haber peleado contra la “ballena gris”, el Charlton Heston irlandés protagoniza una magnífica y cruda recreación de la vida salvaje durante la conquista del Oeste USAmericano que sirve, además, como prolegómeno a la descarnada Las aventuras de Jeremiah Johnson o a la poética Dersu Uzala. Ahora que están de moda los reality shows de supervivencia estabulada, no está de más volver la mirada a este tipo de genuinas producciones survival en las que, personas atormentadas por su pasado, se ven abocados a la aventura. La escena en la que el maltrecho protagonista tiene que luchar con unos lobos que se están comiendo vivo a un búfalo es tremenda, por ejemplo. Detrás de la apropiada Panavisión anamórfica, en Technicolor, encontramos a Richard Sarafian, autor de la indómita y nihilista Punto límite: cero, del mismo año. A finales del 2015, parece que se va a estrenar una nueva versión de esta historia, The Revenant.

sábado, 15 de agosto de 2015

Mis 5 películas juveniles de los ochenta imprescindibles (2):


-       Juegos de Guerra (1983).
-       La historia interminable (1984).
-       Los cazafantasmas (1984).
-       El secreto de la pirámide (1985).
-       El club de los poetas muertos (1989).

Bienvenidos a Zombieland (Aka Zombieland)

3*
Siguiendo a Guy Debord, la premisa de esta película bien podría ser la siguiente: si vivimos en lo que se denomina “la sociedad del espectáculo”, ¿por qué todo es tan aburrido? ¿Por qué el espectáculo nos produce tanto sopor? ¿Y por qué nos aburrimos tanto en nuestros escasos momentos de ocio? Pues bien, para que esto no nos ocurra, y siguiendo esta premisa, Rubén Fleischer (el director de la homóloga 30 minutos o menos), factura la penúltima parodia de ese soñado Apocalipsis zombi que es el sino de los habitantes-freaks de la sociedades Occidentales contemporáneas. En la línea de Zombies Party, Desmembrados, Memorias de un zombi adolescente o Juan de los muertos, la película está plagada hasta la saciedad de homenajes/guiños cinéfilos y momentos de coña. Pero tiene algo que la diferencia del resto de zombiemovies: un cameo francamente gamberro de Bill Murray. Lo que el espectador va a contemplar es una auténtica montaña rusa de acción, vandalismo y disfuncionalidades sociales con unas gotas de humor post traumático y el protagonismo de un Jesse Eisenberg pre La red social. Un film recomendable para una de esas dead nights que todo el mundo sufre entre semana, en esa carrera hacia la muerte cuyos boxes son los fines de semana. Por cierto, como era de esperar, ya se ha anunciado una segunda parte.


La isla del tesoro (Aka Ostrov sokrovishch)

3*
 
Son muchísimas las adaptaciones que se han realizado de La isla del tesoro, la inmortal novela de Robert Louis Stevenson, “una de las figuras más queribles y más heroicas de la literatura inglesa”, como escribió uno de sus discípulos más desleales, Jorge Luis Borges. De entre todas estas adaptaciones y/o versiones, quizás la que rodara en 1972 el tándem John Hough (Andrea Bianchi-Antonio Margheriti), en homologada coproducción, sea la que más fácilmente llegue a la memoria del espectador. Y la presencia de Orson Welles, como el seductor Long John Silver, no puede ser considerada una simple casualidad. Al contrario. Por su parte, la versión de Víctor Fleming también debe aparecer en la mente del espectador, especialmente si ostenta una cierta edad o formación cinéfila. Y, ahora que lo pensamos (y hemos hecho tiempo redactando esta PastillaCrítica), no podría dejar de mencionarse, por supuesto, la versión de Byron Haskin, producida por Walt Disney. En cualquier caso, para un espectador Occidental, esta adaptación soviética de 1971, dirigida por el desconocido Yevgeni Fridman, aparece como una auténtica sorpresa, casi totalmente inédita, y eso aunque suponga una de las más fieles adaptaciones de la novela original. Así, estamos ante un prodigio de ambientación, de humildad cinematográfica y de concreción narrativa (unos 80’). Una delicia para la vista y para el corazón, tanto para quienes ya hayan leído la novela, cada unos de sus 34 capítulos, como para los que aún puedan disfrutar de ese placer. Además, cuenta con una presentación en 70mm, gracias al llamado cinerama ruso, el Sovscope 70, idéntico al formato Todd-AO, creado por Mike Todd en 1953. Fieles al espíritu comunista, el protagonismo recae en el prestigioso Boris Andreyev, hijo de obreros y obrero él mismo, antes de que decidiera dedicarse al 7º arte.


jueves, 13 de agosto de 2015

A lo loco y con la cara de otro (Aka The Man with Bogart's Face)

3.5*

¿Qué se puede esperar de una película cuyo título original en inglés es The Man with Bogart’s Face? Pues se espere lo que se espere, la realidad es que se trata de un film sorprendente. Como sorprendente es el rol del actor protagonista, Robert Sacchi. El argumento ya marca el tono de la producción: un admirador de Humphrey Bogart se somete a una operación de cirugía estética para tener el rostro de su ídolo y para poder trabajar como detective privado en el Los Ángeles de comienzos de la ultraconservadora década de los ochenta. Y esto solo ocurre en los primeros dos minutos de la historia. Lo que sigue es una comedia divertidísima, llena de situaciones ocurrentes, diálogos ingeniosísimos y una concurrida galería de sentidos e inteligentes homenajes al cine noir de los cuarenta-cincuenta. Es verdad que, en alguna ocasión, la película baja un poco el nivel, sobre todo en cuanto al tempo fílmico. Pero lo que también parece verdad es que estamos ante una de esas joyas olvidadas del cine reciente, el canto del cisne del pastiche nostálgico Hollywoodiense de la época. Por cierto, es de justicia insistir en el excelente trabajo de guión así como en la estupenda paleta de actores de reparto, y/o secundarios, que pululan por la trama dejando lo mejor de sus principales caracterizaciones en el género (desde Herbert Lom a Franco Nero, pasando por Olivia Hussey, Victor Buono o Sybill Danning, por ejemplo, sin olvidar la mágica presencia de Yvonne De Carlo o el mítico George Raft). A propósito, la película resiste un visionado conjunto con Juego Peligroso y con Un detective muy especial, los dos primeros protagónicos del extrañamente olvidado Chevy Chase.

lunes, 10 de agosto de 2015

À bientôt, j'espère

3.5*

En la ciudad de Besançon (esa especie de purgatorio donde recala el Julian Sorel del Rojo y negro stendhaliano, de camino a París), estalla una huelga en una fábrica textil. Chris Marker, miembro de la cooperativa de cine político SLON, dirige este documental sobre los efectos deshumanizadores del trabajo industrial contemporáneo. Un documental que funciona, al mismo tiempo, como la mise-en-scène del despertar de una conciencia de clase, siquiera sea la del espectador. Marker selecciona un monótono conjunto de imágenes de la vida en las fábricas, del interior de los hogares de los trabajadores y de las actividades sindicales de alguno de los protagonistas pero, sobre todo, el director deja hablar a los propios obreros, con su veraz pero limitada idiosincrasia, tanto de sus deseos vitales como del yugo que tienen que sufrir (turnos infames, bajos salarios, poco tiempo libre, escasa seguridad laboral, etc.), simplemente, por causa de la ambición y la avaricia humanas (tal y como denuncia Richard Wagner en la tetralogía del Nibelungo). Si un historiador quisiera entender el mayo del 68 francés, lo primero que debería hacer es intentar aprehender el mayor número posible de sus causas. La condición de vida de las clases asalariadas fue una de esas causas. Y este largometraje de no ficción ficcionada es una buena forma de comenzar a entender uno de esos momentos históricos que se encuentran preñados de esa clase de imaginación política que persigue la justicia social. Como la que, del mismo modo, subraya David Farber en su Chicago 68.

domingo, 9 de agosto de 2015

Arachnid

1.5*

Si alguien quiere ver al gran Pepe Sancho parándose a contemplar unas extrañas telarañas, en mitad de una isla salvaje del pacífico, justo un segundo después de huir de una araña mutante extraterrestre que ha atacado a su expedición de científicos y militares, esta es su película. Estamos ante un producto serie B “prima”, mal escrita, deficitariamente interpretada y con unos FX más caseros que la tarta de manzana de la tía Ágatha. De hecho, podría hablarse de una de las peores realizaciones de la Fantastic Factory, ese loable pero decepcionante intento de asentar una productora de cine fantástico en España. De hecho, es de justicia suponer que Yuzna y Fernández no esperaban esta clase de infamias. Tanto el argumento como muchas escenas intentan reproducir el cine clásico de aventuras en la selva (un grupo heterodoxo de personas que debe enfrentarse a una amenaza), junto con el cine de monstruos de los cincuenta (esos bichejos de cartón piedra que tienen menos articulaciones que un Click de Playmobil®), agregándole unas gotitas provenientes de grandes éxitos contemporáneos como Depredador, Jurassic Park o Alien. Detrás de las cámaras, por cierto, el otrora interesante Jack Sholder.

viernes, 7 de agosto de 2015

Una mujer de negocios (Aka Rollover)

3*

Cuando el marido multimillonario de Jane Fonda es asesinado, ésta accede al consejo de dirección de la empresa de su marido. A partir de este momento, se verá envuelta en una conspiración financiera mientras intenta insuflar nueva vida a los negocios de su ex esposo, con la ayuda de un economista bienintencionado (Kris Kristofferson), que es, curiosamente, el discípulo de una auténtica “orca financiera”. La verdad es que lo primero que piensa el espectador al encontrarse frente al film es que se parece sospechosamente a la propia vida de Jane Fonda (incluso al papel que la hija del gran Peter Fonda tiene en The Newsroom). Lo segundo que piensa el espectador es ¿qué diantres hace el protegido de Johnny Cash haciendo de experto financiero? Por muchas simpatías que se tengan por el actor texano, el personaje que mejor le sienta es del tipo al que da vida en La hija de un soldado nunca llora, por no hablar del cantante country de Alicia ya no vive aquí. Se ha llegado a decir que esta película es, quizás, la peor de toda la filmografía del autor de El informe pelícano. De esta opinión es Jared Brown, tal y como escribe en Alan J. Pakula: His Films and His Life. Por nuestra parte, sin embargo, consideramos que se trata de un film estimable, con varios aciertos visuales, un mensaje pesimista (la mar de realista), un argumento convenientemente incomprensible (pero verosímil) y un discurso irónicamente anti capitalista (y de los que hacen historia, como el de Jordon Gekko en Wall Street), puesto en imágenes y en palabras por el gran Hume Cronyn. Un desastre crítico-artístico-comercial en su momento, que se alza, hoy en día, como un producto a recuperar, aunque sea, exclusivamente, por sus componentes premonitorios.

martes, 4 de agosto de 2015

El héroe anda suelto (Aka Targets)

3.5*

Producción Corman para la Paramount, que recupera una historia que ya había plasmado cinematográficamente el Edward Dymytrik post HUAC, en El francotirador: la de un joven, aparentemente normal pero profundamente perturbado, que se dedica a matar gente en la calle, de forma arbitraria y con un fusil (algo así como el Scorpio de Harry el sucio). De hecho, ya Henry Miller había dejado escrito que cuando un USAmericano se vuelve loco sale a plena luz del día y se pone a matar a unos cuantos conciudadanos. Al contrario de lo que ocurre en Europa, donde la gente opta por el suicido, como apostilla el genio de Brooklyn. Ópera prima cuasi oficial de ese crítico y cinéfilo director llamado Peter Bogdanovich que, como en La última película, supone un sentido homenaje al propio cine y a los drive-in típicos de los cincuenta. Una lectura del film podría centrarse en la pérdida de la inocencia que supuso, de hecho, la década de los sesenta en los EE.UU., y en el surgimiento de los monstruos modernos, en contraposición a los monstruos clásicos, representados por el personaje del propio Karloff, Byron Orlock. En todo caso, la ambigüedad del producto, especialmente en relación con lo más que posibles desequilibrios mentales y con las motivaciones del asesino, le acerca, como decimos, a esa oscura obra que fue El francotirador. Como curiosidad, aparecen citadas visualmente dos películas: una de Howard Hawks y la otra, The Terror, del propio Roger Corman. Como complemento perfecto, se puede reunir el visionado de esta película con otra de masacres en autocines, Drive-In Massacre, de Stu Segall (1977).