La sexta parte de la saga creada por Ridley Scott sigue con el prólogo
comenzado en Prometheus y sigue
intentando responder preguntas a la vez que consigue ir creando otros misterios
e incógnitas. Parece que el universo Alien se está expandiendo y se les está
yendo de las malos, con tanto juego entre replicantes, ingenieros y creadores (como en Blade Runner).
Pero no vamos a desvelar el contenido del film
o sus múltiples defectos. Vamos a intentar hacer algunas reflexiones sobre lo animado
de esta propuesta, sobre todo vista en pantalla grande. Es verdad que es una
película cero original (aunque tiene varias novedades interesantes); es verdad
que tiene varias escenas absurdas (que igual la versión extendida medio
corrigen, aunque algunas es imposible); es verdad que algunos CGI's son abruptos
(pero otros son maravillosos); es verdad que la tripulación es un tanto lela
(aunque menos que la de la Prometheus);
es verdad que algunos comportamientos son inconsistentes (como muchos de los de todas las tripulaciones); y es
verdad mucho de lo que se ha criticado de Covenant.
Y podríamos seguir horas pero podemos plantarnos
aquí y hacer tres reflexiones curiosas. Primera: en vez de Alien, la saga
debería empezar a llamarse David (en la línea del gran Ash, claro). Segunda: ¿acaso
Scott estaba pensando en el dueño de Virgin cuando decidió carbonizar a Branson?
Y, tercera: ¿os imagináis cómo tiene que ser
ver estas dos últimas películas, en primer lugar, y luego ir a las 4 previas de
la saga a buscar las respuestas? En fin, un entretenimiento palomitero, que
tiene de todo (incluso alguna que otra escena técnicamente maravillosa, como la
de la flauta) y con alguna que otra ínfula de ciencia ficción hard.
estoy de acuerdo
ResponderEliminarEstimado Anónimo: muchas gracias por tu comentario. Zineface se alegra de que compartas lo que dice la Pastilla Crítica. Un saludo.
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