Una
auténtica pieza de relojería, milimétricamente escrita y montada para la
televisión USAmericana, rodada por el orondo maestro el mismo año del estreno
de Psicosis (y con el mismo equipo,
nada menos), y con un reparto maravillosamente funcional (Vera Miles, George
Peppard, etc.). Además, el tele film
tiene esos destellos de genialidad cinematográfica del tito Alfred y tiene un
comienzo impresionante, ya que supone la particular vuelta de tuerca del director
inglés respecto de la genialidad de los puntos de vista en Rashomon, un ardid que, casi con seguridad, tuvo que estar en la
mente de Quentin Tarantino cuando concibió la escena del centro comercial en Jackie Brown. Una sorpresa televisiva en
toda regla que, aunque no esté a la altura de las grandes obras del maestro
manipulador, sí que es una obra realmente estimable y que, además, se atreve a
aleccionar sin moralizar.
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