jueves, 15 de diciembre de 2016

Nuestro hombre en Milán (aka La mala ordina)

3*

Dos feroces matones provenientes de la Mafia USAmericana de Nueva York (Henry Silva y Woody Stroode) son enviados a Milán para eliminar a un tal Luca Canalli (Mario Adorf). Por su parte, el jefe local de la organización (Adolfo Celi), también hace suya la misión, sin entender realmente el motivo que se esconde detrás. Por supuesto, el pobre Luca, un antihéroe sin suerte ninguna, sí que no se entera de nada y va dando trompazos durante todo el metraje. Fernando Di Leo rueda otro emocionante e inteligente poliziesco, “cine mano armada”, esta vez con más elementos pop (atención a las fiestas con la Sylva Koscina) y con la inconfundible ambigüedad moral típica del subgénero. Como guiño a la época, Di Leo introduce una explosiva secuencia a imagen y semejanza del French Connection de Friedkin, estrenada solo un año antes (de hecho, el título anglosajón de este film es The Italian Connection). ¡Madre mía qué persecución automovilística por las calles de Milán! ¡Qué pulso, qué tensión, qué papelón hace Mario Adorf, qué bien hilvanada está toda la cacería con el poderoso tema de rock que suena de fondo y qué bien montada toda la escena! Segunda parte de la llamada “trilogía milieu”, tras Milán, calibre 9 y antes de Secuestro de una mujer. El final, por cierto, es brutal, de una rabia y de una violencia descarnadas.

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