El periodista más famoso, soez y reaccionario de la televisión de Kazajistán, Borat, visita los EE.UU. para grabar un documental sobre la cultura de tan aventajado país. Sacha Baron Cohen -con la dirección de Larry Charles- recupera un personaje que ya había aparecido en una de sus películas (en Alí G anda suelto) para perpetrar una despiadada e inteligente crítica de buena parte de la sociedad usamericana y denunciar algunas de sus convenciones y disparates (más allá del humor chabacano y zafio que constituye la capa superficial de la película). Borat demuestra que se puede ser estúpido,
irracional e hiperprejuicioso y, aun así -o precisamente por eso-, dominar el mundo.
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