El sistema de
estudios hollywoodiense, de los años treinta y cuarenta del siglo XX, fue un momento
álgido del engranaje industrial cinematográfico USAmericano. Además, supuso un
auténtica gozada para los amantes del cine por la cantidad y calidad de sus
producciones. Una característica de este sistema casi monopolístico fue el Star System. La MGM, por ejemplo,
consiguió reunir a todas sus estrellas en esta exitosa producción de 1932,
premiada con el Oscar a la mejor película. Grand
Hotel, dirigida por Edmond Goulding, relata una historia caleidoscópica compuesta
de fragmentos de las vidas de varios personajes que se relacionan entre sí en un
bullicioso, elegante y melodramático Hotel del Berlín de postguerra. Es decir,
un único escenario y varios transfondos,
como dice el subtítulo de la novela original. La atmósfera general del film está compuesta, evidentemente, por
la obra de Vicki Baum en la que se basa la película pero también se puede
captar la presencia de Stefan Zweig o de Maxence Van der Meersch. Lo que se
presenta es un análisis de tipos humanos estereotipados en una estructura
narrativa melodramática, mitad comedia mitad tragedia: el caballeroso
aristócrata arruinado (John Barrimore); la diva del ballet en horas bajas que
quiere estar sola (Greta Garbo); la secretaria bonita y ambiciosa (Joan
Crawford); el empresario hipócrita y estafador (Wallace Beery); el asalariado
sacrificado y de buen corazón (Lionel Barrimore). Sólo la figura del doctor,
desfigurado por una granada durante la Gran Guerra, suscita el misterio y el
interés (Lewis Stone), sirviendo de puente, además, entre el comienzo y el final de la historia. Edmund Goulding consiguió pasar del cine mudo al sonoro
de forma satisfactoria y esta obra es la culminación de su etapa de transición.
Además, es una de sus mejores 3-4 películas.
Por cierto, el
mismo año, el prolífico Christy Cabanne estrenó su Hotel Continental.
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