3.5*
Sorprendente
film, una de las
películas malditas de la filmografía USAmericana
de los ochenta.
Cutter’s way podría
ser leída, casi casi, como una versión oscura y desolada del
In Harm’s
way de Otto Preminger. Jeff Bridges es Richard Bone, un vendedor de veleros
de Santa Bárbara que no tiene mucha suerte salvo con las mujeres. Una noche,
por accidente, presencia cómo un individuo abandona un cadáver en un callejón
aunque, realmente, no es consciente de lo que ha ocurrido. A la mañana siguiente,
será el principal sospechoso de un cruel asesinato. Mano a mano, junto a su
tullido y cínico amigo, Alex Cutter (
John Heard), veterano de la guerra de
Vietnam, y con la ayuda de la hermana de la víctima, los tres comenzarán una
investigación para desenmascarar al culpable, una investigación que tendrá sombrías
consecuencias. A partir de una premisa tan habitual como entretenida (la del
falso culpable), el guionista (Alan Fiskin) y el director (
Ivan Passer)
elaboran una radiografía de la lucha de clases (como había hecho ya antes el
gran Joseph L. Mankiewicz en
La huella)
con muy pocos elementos dramáticos: un trío disfuncional (los dos amigos, más
la mujer de Cutter, alcohólica), su necesidad de justicia y una trama
noir con elementos sociológicos. Por lo
tanto, empaquetada casi como si de una teoría de la conspiración se tratase, y
avanzando un poco como las vidas de los protagonistas, a trompicones, el
film denuncia el lado oscuro del sueño
americano, poniendo el acento en el desencanto de los perdedores y en la
indiferente crueldad de los ganadores. A destacar, por encima de todo, el extraordinario
trabajo del
terceto protagonista (los mencionados más Lisa Eichhorn), lleno de
fuerza y expresividad. El público español, además, disfrutará con las referencias a su cultura.