La primera incursión de J.J. Abrams en la saga creada
por Gene Roddenberry es un auténtico tour
de force tanto argumental como visualmente. De hecho, constituye un
retruécano feroz en cuanto a lo que un espectador acostumbrado a la saga podría
esperar: viajes en el tiempo, amenazas romulanas, la USS Enterprise sola ante
el peligro, la vieja relación amor-odio de Kirk y Spock (una relación que, por
cierto, ha sido superada tras las primeras 2-3 entregas originales de la
filmografía trekkie). Pero, además,
Abrams rellena todo ese viejo material con situaciones, diálogos y personajes
recién forjados en el yunque de la novedad pero listos para ocupar su lugar en
la trepidante trama: el origen de los principales personajes (especialmente de
Spock y de James Tiberius Kirk), qué es la federación y cuál es su misión, qué
son los viajes de curvatura y la teletransportación, etc. Por otro lado, Abrams
actualiza la estética de la saga, con un diseño de producción apabullante,
realmente a la altura de la inversión hecha por la Paramount. La película
agradará a seguidores fieles y a nuevos adeptos por una mezcla bastante
conseguida de profundidad temática y acción impetuosa, aunque algunas superficialidades
y algunas redundancias convierten el resultado final en una película olvidable. Y solo con el visonado de su continuación puede sobrevivir.
A mi me gustó mucho visualmente. Los actores me parecen muy bien elegidos para sus papeles.
ResponderEliminarEstimado Anónimo: totalmente de acuerdo. Los actores son como guantes para sus personajes, especialmente algunos de ellos, como Sulu, Quinto o Chekov. Muchas gracias por tu comentario. Y un abrazo.
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