Una de las materializaciones fílmicas del thriller erótico, en este caso sublimado y estilizado por el esteta
Brian de Palma, con la sombra de Alfred Hitchcock detrás, particulamermente de La ventana indiscreta y de Vértigo (De entre los muertos). Aunque
también comparte premisa con 10 la mujer
perfecta. De hecho, De Palma convierte al protagonista en un Peeping Tom, más allá del cándido voyeaur que casi todos llevamos dentro.
Por otro lado, la solución del enigma se adelanta desde bien temprano,
especialmente por la aparición de un aparentemente sobrenatural asesino, que
bascula entre comportarse como el coyote cazando al correcaminos o utilizar
salvajemente una taladradora, como en The
Toolbox Murders, de Dennis Donnelly, o en El asesino del taladro, de Abel Ferrara, ambas de unos años antes.
Uno de los thrillers satíricos de
Brian de Palma, por utilizar una expresión que, probablemente, Quentin
Tarantino aprobaría. Es decir, uno de esos argumentos de intriga vistos a
través de la mirada paródica y humorística tan querida del director de Newark
(como en el comienzo de Impacto, por
ejemplo).
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