Dos amigos relativamente recientes, el Duque de Richleau (Christopher Lee)
y Rex Van Ryn (Leon Greene), un trasunto del tándem Holmes/Watson, averigüan
que un joven bajo su protección está siendo absorvido por una secta dedicada a
la magia negra y a cuyo frente se encuentra Mocata (Charles Gray). A partir de
ese momento, todos sus esfuerzos irán encaminados a proteger al joven y a
desmantelar dicha secta. Una de las últimas películas del maestro Fisher y, a
pesar de varios aciertos, una frustracion en toda regla. En primer lugar, por
el guión de Matheson, basado en la novela ocultista del pro-nazi de Dennis
Wheatley, y que chirría en muchos aspectos, desde el diseño de algunos de los
personajes hasta la escritura de los diálogos pasando por algunas incoherencias
argumentales. En segundo lugar, por la plomiza dirección de Fisher, falta de
ritmo y pobre en recursos. En tercer lugar, por las interpretaciones,
francamente mediocres y algo estereotipadas. En cuarto lugar, por la música de
James Bernard, por momentos grotescamente cargante y algo chirriante también. A
su favor, sin embargo, hay que nombrar la luminosa y nítida fotografía de
Arthur Grant de y la puesta en escena de algunas secuencias, especialmente de
interiores. Seguro que a José María Latorre sí que le gustaba este film.
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