Una vieja maldición diabólica, la
de las mujeres Nomed, acosa a la hermosa Susan, que acaba de presenciar la
muerte de su madre. Según la posesión va haciéndose con la mente de Susan, su cuerpo,
deseoso de desenfrenos carnales, va progresivamente campando a sus anchas, lo
que hace que su marido, Oliver Farrell, comience a sospechar del asunto. El
doctor Andrews deberá deshacer la maldición siguiendo los escritos de Jonathan
Nomed, de 1682. En el centro del misterio hay un Mausoleo así como los
recuerdos de una niña, que están estupendamente bien rodados al comienzo del film. Aunque la película tiene una
factura un tanto televisiva, también cuenta con unas competentes
interpretaciones así como con unos efectos especiales a la antigua usanza (con
maquillajes, animatronics y efectos ópticos a tutiplén) que, sin ser una
maravilla, cumplen su función. La trama parece un rip-off más de El exorcista
pero, en realidad, tiene varios elementos diferentes. Por último, hay que
destacar que la trama se desarrolla en un ambiente que recuerda a la mansión de
Phantasma y de Burnt Offerings, la Dunsmuir House, de Oakland. Además, el gore
sanguinolento es correcto y las escenas eróticas ayudan a digerir el producto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario