Uno de los más emotivos,
inteligentes y divertidos homenajes que se hayan hecho nunca al cine negro
USAmericano. A veces hay algún que otro gag
un poco simploncillo pero, en general, la película es muy divertida y
entretenida y tien un halo ciertamente maravilloso. Usando la misma técnica que
en la serie Dream On (Sigue soñando), Carl Reiner mete a Steve
Martin en una trama hardboiled, en la
que se van insertando imágenes de películas clásicas para que vayan cuadrando
con el desarrollo de la investigación argumental. El film, a demás de lo mencionado, dispone de un cebo de los buenos:
la presencia de la siempre guapísima, la "pájaraespina", Rachel Ward. Y atención, por cierto, a la tremenda fotografía
en B&W de uno de los operadores contemporáneos más interesantes: Michael
Chapman. Una curiosidad de película, que ha tenido poco reconocimiento y merece
mucho más.
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