Muchas son las películas que tienen como protagonista a un perro malvado,
rabioso o, incluso, infernal, partiendo de la base de los perros de tíndalos o
del perro de La profecía. Cujo, White Dog, The Pack o Dogs of Hell serían los ejemplos más conocidos pero no los únicos productos cinematográficos bien realizados. De
hecho, este film de Curtis
Harrington, olvidado por el paso del tiempo (como casi toda la obra de su
admirable director), es una buena muestra del cine sobre cancerberos malignos.
La historia comienza con una escena de un culto satánico en el que el
protagonista es una hembra de pastor alemán, al que parece que se le está
sometiendo a una posesión. Por otro lado, un cachorro (llamado Lucky) acaba
como perro de compañía de una familia de una zona residencial USAmericana porque
acaban de perder a su mascota en un accidente de tráfico. Pero el cachorro
esconde un terrible secreto y los accidentes y los desastres comienzan a producirse
en la familia y en el vecindario. El padre de familia (Richard Crenna) tendrá
que controlar la situación puesto que hasta sus hijos y su mujer parecen
haberse rendido al influjo maléfico del perro. Para ello, habrá de investigar la
demonología y el satanismo, incluso en las montañas de Ecuador. A un desarrollo
admirable, Harrington une un reparto extraordinario, incluyendo a Martine
Beswick, Yvette Mimieux, R.G. Amrstrong y a la pareja protagonista de clásicos
de la Disney como La montaña embrujada
y su continuación, Los pequeños
extraterrestres. Sin embargo, algunos factores pueden decepcionar un tanto
al espectador actual (como el un tanto acelerado final o algunos efectos
especiales, poco convincentes para una mentalidad digital).
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