El primer papel protagonista de Chuck Norris después de algunos papeles secundarios (como en su mítica aparición en El furor del Dragón, dirigida por Bruce Lee). El bueno de Chuck debe buscar a su hermano, que ha desaparecido en un pueblo cuasi abandonado a su suerte por la civilización occidental y que está controlado por un libidinoso juez. El poder de la fuerza es una cutrísima y bizarra película dirigida por un tal Don Hulette, con una ambientación que da mucha pena, unos actores que avergüenzan al AAAA (Associated Actors and Artistes of America), un guión menos elaborado que el pollo frito, una BSO que recuerda a las de las cintas pornográficas y un Chuck Norris empaquetado en unos auténticos action jeans, con unas botas texanas y una camiseta amarilla la mar de graciosa. Lo único interesante de todo este conglomerado de despropósitos es el retrato del juez, interpretado por un secundario solvente como George Murdock, conocido por sus papeles en series como Ironside o la más allegada The Dukes of Hazzard.
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